Anya y Theo llegan a Nueva York, Robert ya los esperaba en el andén, ella aún no sabe cómo asimilar la idea de que William la hubiese entregado a su propio padre.
En su mente navegan muchas preguntas, ¿cómo era posible que ella no se diera cuenta? ¿Por qué había sido tan confiada? ¿Por qué le sucedía esto una y otra vez? ¿Es que acaso nunca iba a poder confiar en nadie?
La traición de William era algo que se le había clavado muy en el fondo de su corazón, aunque había tratado de aparentar tranquilidad y había llorado en silencio, esto no era suficiente, simplemente no daba crédito a lo que sucedía.
¿Cómo podría ser? Ellos dos habían compartido tantas cosas juntos durante dos años de relación. Incluso él había sido el que más insistió en que vivieran juntos y ella, creyendo que todo iba bien, aceptó.
Anya se había mantenido en completo silencio todo el viaje, al llegar a Nueva York, Robert la observaba. Ella creía que la irían a dejar a su apartamento, pero no, cuando se dio cuenta,