—No me causas nada.
Ladea una sonrisa como si supiera que miento.
Se acerca a mí oído y suelta su aliento a menta en el. ¡¡Maldición, se sintió exquisito!!.
—No mientas. —Musita. —Tu cuerpo sabe perfectamente que es lo que desea. —respirar se me dificulta y controlar mi respiración es difícil. —Caerás...
Intento controlar mis deseos al dejarme llevar pero, ¡¡Maldita sea, ya había probado de él y mi cuerpo me grita que me deje llevar!!.
Sus labios se deslizan por mis mejillas y rozan mis labios tentándome a saborearlos y unirlos con los míos. ¡Mierda, mi garganta quema como el demonio!. Quería probarlos quería que me follara y mi mente comienza a fallarme, no se por cuanto tiempo podré resistirme a esto maldito infierno que me quema y me mata.
Intento no inclinar mi cabeza y mis ojos siguen cada movimiento suyo, mi cuerpo comienza a temblar cuando sus labios se detienen en la punta de mi pezón.
"¡Por favor hazlo!".
Es lo único que mi mente grita desesperadamente, quería que lo devorar