CAPITULO 37
Mi hermano mayor, un día vino a mi propia casa a decirme que en la cara que si ella se moría bien merecido lo tenía, pero su boca fue cerrada cuando mi empleada le dio una cachetada gritándole en la cara que era la peor escoria al desearle la muerta a una persona, pero la verdadera sorpresa fue cuando la vimos tomar una niña en sus brazos y presentarla ante mi.

¡Joder! Esa niña, era la viva imagen de mi hermano y lo peor es que el se quedó estupefacto cuando vio a la niña, era lógico que sacó cuentas cuando la niña dijo su edad, la niña era adorable no lo negaré, todo lo opuesto al engendro de mi hermano Jonathan.

Ella tenia sus ojos algo verdosos y azules, cuando sonreía se figuraban en cada mejilla suya un hoyuelo, Jonathan intentó acercarse a ella y cargarla pero mi empleada no se la llegará al principio, para sorpresa de todos y más de Jonathan la niña se acercó a él y lo fijamente como si se diera cuenta que el era su padre.

Días después, ya la noticia de que Jonathan ten
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