Cuando Claus entró a la sala, Estrella estaba comiendo. Mientras miraba su móvil, daba pequeños bocados a las albóndigas, parecía muy relajada y cómoda.
Sin embargo, al ver la escena, Claus frunció un poco el ceño y se acercó, luego tomó el móvil de la mano de Estrella.
Estrella estaba leyendo una noticia detenidamente, pero de repente Claus le quitó el móvil, se molestó un poco y se quejó:
—Claus, ¿qué haces?
Claus pellizcó un poco la mejilla de Estrella. Aplicó un poco de fuerza y pronto, el lugar pellizcado se enrojeció. Era un movimiento que parecía un pequeño castigo para Estrella.
Ella sintió dolor y se cubrió la cara con su mano. Por el reflejo físico, las lágrimas se acumulaban en sus ojos, como si estuvieran a punto de llorar. Y la chica parecía completamente desamparada.
Claus no se arrepintió; apagó la pantalla y colocó el móvil a un lado, luego se sentó junto a Estrella. Estrella ya no quería ni siquiera mirarlo, solo se alejó un poco con su silla y continuó comiendo.