HACER EL AMOR CON MEGHAN es como correr una maratón, acabas sacando la lengua e intentando coger aire.
Y no es una queja, no, disfruto de mi mujer con mucho gusto, pero hasta un hombre sediento de sexo como yo, a veces necesita un respiro.
—Vuelve a la cama, Josh —me pide desde el sofá de nuestro apartamento.
Sí, ya puedo decir que es nuestro apartamento, desde hace veinticuatro horas, ella y yo somos los propietarios del piso. Se lo compré al propietario por su valor de mercado, el tipo tiene varias propiedades y no dudó en quitárselo de encima, y además a un buen precio.
En las escrituras ya constan nuestros nombres juntos.
Ya solo falta que en otro papel diga señor y señora Bennett, aún no sé si querrá ponerse mi apellido, aún no lo hemos hablado, pero tampoco me preocupa, la verdad.
—Voy a beber un vaso de agua, me has dejado seco —le contesto al ver cómo alarga el brazo para qu