MATTHEW GRAYSON
—Cometí muchos errores y solo fui capaz de afrontarlos en el momento que ella me entregó el documento de divorcio —susurré cabizbajo—. Tal vez lo mejor es simplemente dejarla ser feliz lejos de mí, pero soy demasiado egoísta para hacerlo. Ya la perdí, pero mi corazón se rehúsa a aceptarlo.
»Esa es la respuesta a tu pregunta. ¿Por qué? Porque la amo. Porque ni siquiera mi pérdida de memoria ha sido suficiente para que deje de pensar en ella, de evocarla. Porque la necesito más de lo que ella me necesita a mí. Porque soy un egoísta. Porque no puedo aprender a vivir sin ella. Porque sin ella mis días se volvieron mediocres y vacíos.
»Porque prefiero pasar el resto de mis días luchando por ella y dedicar mi vida a compensar mis errores, que solo dar media vuelta y fingir que la agonía que siento no existe. —Volteé hacia Rita y noté su rostro descompuesto. Sus ojos se llenaron de lágrimas y aunque intentó sonreír, las comisuras de sus labios no pudieron mantenerse en alto