Se acercó a ella y, silenciosamente, pidió permiso para sentarse en la camilla.
Jaya se tensó, preparándose para ocultar su dolor. Si él se enteraba que había sido apuñalada, tenía miedo que utilizara sus recursos como abogado y espesara la situación. Tenía miedo de lo que pudiera sentir, de su reacción, pero más zozobra le generaba la vergüenza por haber llegado hasta ese punto en la vida. Tampoco quería que supiera que Karim la descubrió, no hasta saber cómo serían las cosas de ahora en adelante, ver bien el terreno, siempre anteponiendo la posibilidad de arreglarlo ella.
Adam lo hizo lentamente, se sentó en la camilla intentando no hacer daño, aunque no supiera exactamente lo que había ocurrido.
La contempló por un momento. La amaba tanto… En su pecho aún se anidaba ese hinchado sentimiento por esa mujer. Pensó que estaba siendo duro con ella, la acorralaba y no quería eso. Debía cambiar su estrategia, las intentaría todas para lograr que hablara.
—Estoy preocupado por ti —conf