En cuanto llegamos a la ciudad fuimos al hotel donde siempre me hospedo. No quiero molestar a mi tía y su familia, aunque ellos insisten mucho en quedarme en su casa. Cada vez que vengo aquí reservo la misma habitación en el mismo hotel; me gusta estar solo con mis pensamientos, ademásde observar a mi Isabel desde las sombras. Llámenme loco o desquiciado pero es la única forma de saber de ella y deleitarme con su belleza.
Esta vez me acompaña mi hermano de locuras, David. Claramente me dijo que tenía decidido no dejarme solo con este lío, como lo suele llamar. - Te noto tenso hermano--- me reí por los bajos. - No sé cómo será cuando me case , si son los mismos nervios o me saldré de mis casillas, pero ahora estoy que no me aguanto--- reconocí ligeramente mis sentimientos. - Pues tranquilízate para no liarla. Sabes que Isabel es la que va a recibir la noticia y no sabemos como va a reaccionar. Desde luego no quisiera estar en sus zapatos. Me perdí tan a