Era extraño, pero la chica callada y solitaria estaba ahí, justo frente a él, a su entera disposición. Nunca habían cruzado palabras, no obstante, había algo en su mirada lo hacía sentir como en casa; era un sentimiento poco común, ella reflejaba una calidez lo volvía loco. No sabía la razón por la estaba oculta en aquel lugar. ¿De qué se escondía? Vio esos labios cerezas tan apetecibles…; ella estaba mirándolo a los ojos pasmada, se veía asustada. No supo por qué lo hizo, pero su boca no soportó aquella tentación; fue así como terminó dando su primer a una extraña. *** El verano llegó y con él la oportunidad de una alianza entre las familias Mars, Gutiérrez y Castillo. Aunque, ya las primeras dos, tenían ese tipo de relación desde hacía muchos años atrás. Las tres familias deciden internarse en un rancho alejado de la ciudad para disfrutar de sus vacaciones de verano y, al mismo tiempo, estrechar sus relaciones y organizar sus proyectos de negocios. Es así como Laura Gutiérrez y Kevin Mars se conocen. Dos personas con carácter y estilo de vida opuestos que, después de un suceso en un viaje anterior, nueve años atrás, sus corazones quedaron entrelazados. Un nuevo surge y, debido a esto, se desencadenan situaciones revelarán traumas y conflictos del pasado; así también, secretos familiares y enfrentamientos pondrán a prueba este . ¿Podrá la relación entre Kevin Mars y Laura Gutiérrez permanecer? O… ¿solo será un romance de verano?
Leer másElla
Laura estaba sentada sobre su cama cuando escuchó los toques en la puerta y esa vocecilla que le robaba la paz.
—Laurita, abre la puerta —llamó su tía. No entendía cómo podía hablar como si estuviera cantando. Laura abrió la puerta y esta empezó a hablar como una cotorra. —Laurita, Frank está en la sala esperando por ti. ¿No te dije que él venía a visitarte hoy?
«¡Lo que le faltaba! ¡Tener que atender a ese pedante!», pensó.
—Lo siento, tía. Pero me siento indispuesta.
—No me vengas con excusas. Arréglate y sal a recibir a Frank —le ordenó. Laura bufó con decepción y fastidio. Cerró la puerta tras de sí y se instaló en la cama de nuevo. «Que espere», pensó.
Una sensación amarga la recorrió. Realmente no quería ver a Frank. No soportaba su constante acoso y su egocentrismo. Pero no es que tuviera opción. Preferiría mil veces salir a atenderlo que tener que escuchar los reclamos de su tía. Lo que más quería era tranquilidad. ¿Hasta cuándo soportaría todo esto? Su vida se volvió un caos después de una tragedia. Su madre murió en un accidente de tránsito y, desde ese entonces, Laura se quedó sola. Nunca supo de su padre. Al parecer, fue un cretino que embarazó a su madre y desapareció. ¡Ni siquiera un nombre tenía! Después de la muerte de su madre, quedó en manos de su abuela y su tía insoportable. Su abuela murió cuando ella empezaba la pubertad y quedó en las maléficas manos de su querida tía, quien siempre la criticó y trató como un pedazo de basura. No perdía la oportunidad para echarle en cara el que tuviera que criarla por lo irresponsable y resbalada que fue su madre. Sí, le reclamaba el que hubiera nacido. No entendía por qué la odiaba tanto si al final era su hermana. No recordaba haber escuchado algún comentario agradable acerca de ella o su progenitora. Su almohada era testigo de todas las lágrimas derramadas, de la impotencia y la vergüenza. Su tía era una amargada que miraba a los demás por encima de los hombros. Sus comentarios estaban rellenos de veneno. Nunca se casó, por lo tanto, nunca tuvo hijos.
Para sumarle a su angustia, Laura tenía tres primas por parte de su tío Mico, las cuales nunca la trataron como de la familia, más bien como enemiga. Laura recuerda la primera vez que puso los pies en la mansión de los Gutiérrez. Después de la muerte de su madre, estuvo en un orfanato por varios días hasta que su abuela la llevó a su casa. Pensó que encontraría refugio y consuelo con esa familia que ignoraba que existía, pero lo único que encontró fueron críticas destructivas y rechazo. Sufrió acoso constante por parte de sus primas y, cuando llegó a su adolescencia, todo empeoró, ya que ella fue dotada por la naturaleza, a diferencia de las primas. Se levantó con flojera y salió del dormitorio en dirección a la sala. Se paró frente a él y este la saludó.
—Hola, preciosa.
Él
Kevin Mars estaba en su estudio escribiendo algo con una mano sobre el papel y la otra sosteniendo su guitarra. Para él era una costumbre encerrarse en aquella habitación a crear arte. Había convertido aquel lugar en un taller, pues había cuadros por doquier, telas, pinturas, varios caballetes, pinceles y un sinfín de instrumentos y materiales artísticos. También había un piano a un lado. El lugar era un desastre que nadie se atrevía a ordenar, ya que solo él y a quien este invitara podían entrar allí. Todos tenían claro que ese lugar era sagrado y que, bajo ninguna circunstancia, podían ordenar nada, ya que su desorden era su orden. Si algo era movido de su lugar, a él se le hacía imposible utilizarlo cuando lo necesitara. A pesar del caos, era agradable entrar a aquel lugar y admirar sus hermosas pinturas. Kevin siempre se interesó por el arte, en especial por la música y la pintura. Le iba muy bien vendiendo sus canciones y cuadros, a tal punto que no necesitaba hacer uso de su fortuna. Siempre fue muy independiente y autónomo. Sus padres se separaron cuando él tenía diez años. No tuvo una vida estable, ya que su mamá se fue a vivir al extranjero y se lo llevaba cada cierto tiempo. Durante años estaba con ella y luego unos cuantos con su padre. Lo más loco de esta familia es que su madre y su padre no volvieron a casarse ni tuvieron una relación amorosa con alguien más, pues nunca dejaron de quererse. Cada vez que ella regresaba de viaje se, quedaba en la casa familiar, en la misma habitación del señor Mars; y, claro, vivían un tiempo como novios hasta que ella se marchaba. Otras veces era él quien viajaba para verla a ella. La vida de sus padres era desconcertante y muchas veces, para él, fue una desgracia, puesto que nunca estuvo establecido en un lugar o en el seno familiar; por lo que debió despedirse muchas veces de sus amigos y novias y empezar de nuevo. Con el tiempo, se acostumbró a su loca vida y, cuando cumplió la mayoría de edad, decidió estudiar arte en París y vivir por su cuenta. Su forma de vida lo llevó a conocer muchas personas y a desear tener algo estable con alguien a quien él amara, por eso decidió estudiar lo que le gustaba con el objetivo de formar una familia cuando encontrase a la persona que lo complementara y que pudiese disfrutar con él una vida libre y sin complejos; una persona que luche a su lado por tener un hogar estable y unido, un hogar real con sus altas y bajas, pero nunca una vida falsa ni superficial.
Los nervios la inundaron al entrar a la mansión. Cristian la había acompañado a buscar sus cosas al motel para irse juntos a la enorme casa de los Mars. La situación era un poco incómoda para ella, pero tenía que estar con él, tenía que ayudarlo a superar ese momento amargo que estaba atravesando. Cristian ordenó a uno de los sirvientes a subir las maletas de Laura y le dijo a María que le preparara una habitación cerca de la de Kevin.—¿Cree que quiera verme? —preguntó hecha un manojo de nervios mientras subían las escaleras.—Creo que eres la única persona que quiere ver. Aunque es posible que diga lo contrario. Pero no te desanimes, él está dolido ahora. —Laura respiró para relajarse. Cuando iban por el pasillo, se encontraron con Jillian.—¿Qué hace ella aquí? —pregunt&oac
Laura salió disparada de aquel lugar con la revista en mano. A pesar de que era imposible que todas las personas leyeran aquel artículo perverso, sentía como si todos la estuvieran mirando y juzgando. Llamó a Kevin y este sonaba tan sereno que ella se preocupó, al parecer no quería alterarla.Por otro lado, parte de las tres familias se reunieron en la mansión de los Mars.—¡No crean que nos van a perjudicar por cubrirse las espaldas! —el padre de Frank indicaba.—Lo que usted llama “cubrirnos la espalda”, es la mera verdad —Kevin se dirigió a él con rabia—. No me extrañaría que todo esto fuese obra de Frank.—¿Cómo crees que Frank va a hacer algo así?—Señor, si él se atrevió a mancillar a Laura, de esa lacra se puede esperar cualquier cosa. —Los ojos de Kevin
El regreso fue silencioso, pero agradable. Sus palabras retumbaban en su mente y su corazón latía por cada una de ellas. Tenía ganas de decirle que lo amaba y que lo que más deseaba era estar a su lado, pero no estaba lista para dar ese paso aún. Por lo menos, contaba con su amistad y apoyo; por ahora era todo lo que necesitaba.Kevin aparcó el auto frente al complejo de apartamentos, el sol ya se había puesto cuando llegaron.—Descansa —le deseó con ternura cuando detuvo el auto.—Buenas noches —dijo ella desabrochando el cinturón.—¿Tienes hambre? —él preguntó de repente.—No.—¿Estás segura? Conozco un lugar donde la comida es exquisita.—Gracias, pero no tengo hambre. —Sonrió. Él respiró, pues no estaba listo para terminar el día, ya qu
Kevin abrió la puerta de su oficina con un portazo, lo que provocó que Johanny se espantara.—¿Qué sucedió? —ella preguntó preocupada por el estado de Kevin.—Cosas de hombres —Pablo respondió evadiendo la repuesta. Johanny miró a Kevin contrariada—. ¿Estás bien? —le preguntó mirándolo a los ojos.—Estoy bien —contestó más calmado.—¿Qué pasó? —insistió—. ¿No ibas a hacerle una pregunta a Laura? —Pablo rio. Kevin lo miró molesto.—¿Pasó algo con ella? —Johanny preguntó intrigada.—Pasa, Johanny —dijo posando su mano sobre el hombro de Kevin—, que camarón que se duerme, se lo lleva la corriente. —Soltó una carcajada y salió antes de que Kevin se desquitase c
Laura estaba en el estudio cuando recibió una notificación de Lía. ¡La había olvidado por completo! Le respondió y quedaron en verse a la salida en cuanto terminara.—Eres un potencial andante, Laura —Julián la elogió con una sonrisa—. Quiero explotar toda esa habilidad para convertirte en mi próxima revelación del año —dijo en broma. Laura rio entretenida—. Sé que serás muy buena y voy a hablar con Kevin para que te permita entrar en su equipo; así, podrás trabajar aquí como interna y, cuando salgas del período de prueba,tendrás todos los beneficios que tienen los fotógrafos de la galería. ¿Qué te parece? —Laura se estremeció al pensar que trabajaría para Kevin, pero esa era una oportunidad que no debía dejar pasar.—Me parece muy bien —contest
—¡Lo encontré! —dijo Lía emocionada mirando su portátil color rosa. Tenía su cabello corto envuelto y sus ojos café brillaban por su descubrimiento. Laura se acercó con curiosidad y nervios—. ¡Laura, estás de suerte! Él es todo lo que te dijo y más. ¡Ya quisiera yo una oportunidad así!—Me pones ansiosa, déjame ver —dijo acercándose al laptop. Vio varios artículos sobre el hombre que le dio la tarjeta. Lo reconoció enseguida. Su piel mestiza, su cabello negro y rizado… se fijó mejor en su apariencia bohemia a pesar de que estaba en sus cuarenta; no era alto, tenía peso medio y un encanto singular, pues su sonrisa era sexy y contagiosa.—Mira, dice que nunca se ha casado y que cambia de novia como de ropa —rio.—Seguramente quiere que Laura sea su próxima novia &mda
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