Álvaro miraba a Sarah mientras contestaba las preguntas, no parecía una persona que mentía. El lenguaje corporal hablaba más que las mismas palabras y, aunque estaba nerviosa, no mentía. Cuando le hicieron la pregunta de si era amante de Miguel Vicuña, Álvaro vio en la cara de Sarah el dolor de saber que esa información no la pudo dar nadie más que Sebastián.—No, no fui su amante —contestó con tristeza—, él para mí era un padre, el padre que perdí.—¿Y usted sabe la razón por la que se le podría ligar en una relación amorosa con él?—No —en realidad, ella nunca supo el por qué de la desconfianza de Sebastián en ese sentido—, alguien inventó eso y… supongo, la verdad es que no tengo idea.—Bien, eso es todo por el momento —dijo uno de los oficiales levantándose y miró a Álvaro—. Demás está decir que no puede salir de la ciudad y debe estar en todo momento ubicable.—Sí, por supuesto.Álvaro acompañó a los hombres a la puerta y cuando volvió,
Ler mais