Entre tanto, Jaik:Estoy totalmente preocupado por lo que estoy viendo en este momento. El abuelo ángel está consciente–inconsciente, realizando su conjuro celestial para traer de vuelta a esta mujer de descendencia divina.El hombre se ve agotado; pienso que en cualquier momento podría desvanecerse, y es demasiado obvio que, si eso ocurriera, ella también moriría.Trato de alejar esos pensamientos de mi mente y, por un instante, me quedo maravillado ante la perfección de esta joven angelical. Su rostro parece una obra de arte tallada a mano, con detalles sublimes, armoniosos e inmaculados.Observo sus manos cinceladas, su cabello rubio como el sol, su cuerpo delgado, su marcada cintura, sus prominentes caderas y sus piernas torneadas. Es hermosa; no puedo evitar contemplarla. Su expresión refleja inquietud e incomodidad.De repente, abre los ojos. Me asusto al verla despertar tan intempestivamente. Me quedo absorto en el color de sus ojos: azules como el cielo y el mar. Me sorprende
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