Me despierto de golpe sobre la cama. Hay poca luz en mi entorno, solo la que logra entrar por la ventana. Tardo un poco en reconocer el sitio, no es mi habitación, no es mi casa.De repente, todo lo ocurrido en el día regresa a mi cabeza de golpe, la visita de Armando, sus ojos oliva, el viaje a casa de sus papás, la persecución... Claro, el té.Supongo que el té debió dejarme en la lona y hacerme dormir. No sé cómo llegué al cuarto, pero lo agradezco. Veo que me han quitado los tenis nada más. ¿Mis cosas? Veo una pequeña luz tintineando en el buró, si  mal no creo ese debe ser mi celular. Alguien lo puso ahí, seguro la misma persona que me trajo a dormir.Me levanto de poco en poco de la cama, siento mi cabeza pesada. Me acerco a mi celular, tengo una llamada perdida de Mau y un mensaje suyo.“Hola chiquita, cómo estás? Odio haber discutido contigo pero por favor, levántame el castigo. Quiero saber de ti, estoy preocupado. Te amo”Son casi la una de la madrugada, y el mensaje me lo m
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