Capítulo 22: ¿El vestido perfecto?El coche se detuvo frente al estacionamiento exclusivo de la boutique. El chofer bajó de inmediato para abrir la puerta, pero Logan apenas lo notó. Descendió con su teléfono en la mano, los ojos fijos en la pantalla, respondiendo mensajes y correos de trabajo como si todo lo demás careciera de importancia.Ni siquiera levantó la vista cuando cruzó las puertas de cristal de aquella tienda de diseñador, un lugar conocido por vestir a las mujeres más adineradas de la ciudad. Solo alzó brevemente el rostro cuando escuchó la voz suave y profesional de una empleada que lo recibió con una sonrisa demasiado coqueta. —Bienvenido, señor. Es un honor recibirlo. ¿Busca algo en particular? Puedo mostrarle la nueva colección de temporada. Quizá un obsequio para su madre o para su hermana.La observó lo suficiente para percibir la intención escondida de aquella sonrisa, el brillo insistente de los ojos que lo recorrían de arriba a abajo como si fuera un trofeo. C

Capítulo 24: Un favor inesperadoLa noche cae y el silencio se apodera de la habitación. Liam duerme plácido en la cama, con la respiración tranquila y ese rostro tan inocente que me rompe y me sana al mismo tiempo. Yo estoy en la misma silla de siempre, la cabeza me pesa y los párpados se me cierran. Siento que en cualquier momento me voy a quedar dormida.De todas maneras, ya me estoy acostumbrando a este espacio reducido, aunque en el fondo extraño mi cama y mi casa. No es lo mismo, lo sé, pero nunca me ha costado adaptarme a los lugares incómodos cuando se trata de estar con uno de mis pequeños. Si ellos están ahí, yo también, entonces cualquier sitio se convierte en un refugio soportable.El chirrido suave de la puerta me obliga a reaccionar. Levanto la cabeza de golpe, algo aturdida. Mi primera idea es que podría tratarse de una enfermera, esas que vienen cada cierto tiempo a revisar el suero o el monitor. Descubro enseguida que no. Tampoco es el doctor, ya es muy tarde y seguro

Capítulo 26: Los días pasanLos días transcurren lentos y pesados, como si cada hora fuera una prueba que debo superar junto a mi hijo. Desde que comenzó el tratamiento, Liam ha tenido que soportar procedimientos que ningún niño de seis años debería vivir.Las enfermeras entran con sus bandejas de medicamentos, a veces con jeringas, otras con máquinas que emiten pitidos y luces que me aterran. Él me busca con la mirada cada vez que escucha el ruido del metal, y yo me acerco de inmediato. Le acaricio el cabello, le susurro al oído, le invento historias de superhéroes que vencen monstruos, incluso le prometo que cuando todo esto acabe iremos al parque y se subirá en todos los columpios hasta cansarse.—Mami, no quiero más agujas —me dice con la voz quebrada, y se me rompe algo por dentro. Lo tomo de la mano y respiro hondo. —Amor, sé que no es justo, sé que duele… pero esto es para que te mejores, ¿sí? Eres fuerte, mi campeón. Más fuerte que cualquiera de esos monstruos de las histor

Capítulo 28: InstintoNo dejo de pensar que estoy cometiendo un error al aceptar venir aquí. Apenas cruzamos la última avenida, me doy cuenta de que no es cualquier restaurante al que me trae Colín.Mis ojos se abren más de lo que quisiera y siento que la garganta se me seca cuando leo el nombre grabado en letras doradas en la entrada. Es uno de los lugares más exclusivos de la ciudad y muy reconocido. Sé de sobra que aquí asisten políticos, empresarios y personas que jamás mirarían dos veces a alguien como yo.Trago saliva y volteo hacia Colín, que parece de lo más tranquilo mientras estaciona el auto en la entrada.—¿Estás bromeando conmigo? —le suelto en voz baja, intentando mantener la calma—. ¿No podías haberme dicho que la cena era aquí?Él gira el rostro hacia mí, arqueando apenas una ceja.—¿Y qué habría cambiado? —responde con tanta tranquilidad que me desespera.—Mucho —replico de inmediato, bajando la voz al ver al valet acercarse—. Mírame, Colín, ¿te parece que estoy vesti

Capítulo 30: Herida abiertaMis labios se entreabren, pero ninguna palabra logra salir. Siento las miradas de todos clavadas en mí. El corazón me late tan fuerte que temo que hasta se escuche encima de las voces en este lugar. Logan me observa, no parece afectado, al contrario, esa indiferencia suya me arranca la piel como un cuchillo invisible.No sé por qué, quiero negarlo y aclararlo, como si necesitara gritar que entre Colín y yo no hay nada y nunca lo hubo, que jamás existió una relación más allá de la amistad. Me siento atrapada, como un animal enjaulado. Mis manos tiemblan, mi respiración se corta, irregular, como si hubiera corrido kilómetros.Y en medio de todo, una sola pregunta me consume:¿Por qué dijo eso frente a estas personas?La mentira me alcanza de lleno, me golpea como una ola violenta. El pasado, y aquella voz frívola que un día me advirtió que Derek no tendría futuro si yo no obedecía, me arrastran de nuevo a lo peor de mí.No, no vayas ahí, Ava. No puedes desme