Capítulo 21: La mesera
Logan cruzó la entrada del restaurante con paso firme, dueño absoluto de cada rincón que pisaba. No necesitaba presentarse: su sola presencia bastaba para tensar el ambiente. Las miradas de los empleados lo siguieron con disimulo, algunos tragaron saliva, otros bajaron la vista como si temieran sostener su mirada.
El primero en reaccionar fue Ramírez, el gerente, que se apresuró a recibirlo.
—Señor, aquí de nuevo —saludó rápido, con la voz atropellada.
Logan lo miró de reojo, arqueando apenas una ceja.
—¿Y por qué no vendría a uno de mis restaurantes? ¿Acaso se le ha olvidado que soy el dueño de todo esto?
El hombre se enderezó al instante, nervioso.
—No, claro que no, señor. Jamás. Solo… me sorprende verlo tan pronto. Es un gusto para nosotros que regrese. Pero… —buscó con la mirada detrás de Logan, de un lado a otro—. ¿Viene solo? ¿Su acompañante no lo acompaña hoy?
—Vengo solo. —Logan apretó la mandíbula.
—¡Ah, perfecto! —exhaló Ramírez con alivio. Pero en cu