―Lo siento, tormenta. ―Abrió los ojos. ―No sé quién pudo hacerlo, pero ya mis hombres están investigando y una vez dé con los responsables prometo hacerlos pagar. ―Ana miró el suelo, ella no quería mostrarle las lágrimas. ―Lo vamos a resolver, no te preocupes por nada, ¿De acuerdo? Esta misma semana estarás abriendo tu restaurante y… ―¿Por qué me hacen esto? ―Alzó la mirada y Kalen sintió una impotencia única al ver las lágrimas rodando sus mejillas. ―Con Osi lo comprendía, era una plebeya convirtiéndose en reina, pero yo solo seré la esposa de un lord… ―Un Lord que está en la línea de sucesión al trono, nena. ―Ana frunció el ceño. ―Sabes que, si pasa algo con los Marchellus, los Grimaldi tomaremos el trono, es el pacto que tienen ambas familias después de lo que pasó con los Wensor. ―Suspiró. ―Además, sabes lo importante que somos, tormenta, no es broma cuando te digo que te cuido por algo. ―La abrazó. ―Me duele el que hayas dicho con tanto desprecio que solo un lord, ¡Por el amor
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