—Puede dirigirse a la sala de espera, pero antes debe ir al área administrativa para llenar un formulario de ingreso de su esposa. —indicó la enfermera.Marcos asintió ligeramente. Caminó de regreso hacia la zona administrativa del hospital. La recepcionista le entregó el formulario y él se sentó a llenarlo. Las manos le temblaban, no lograba sostener el bolígrafo ni escribir sin que las lágrimas se desbordaran y cayeran sobre el papel. Tuvo que detenerse, respirar y secar su rostro.La recepcionista lo observó con pesar. Debía estar sufriendo mucho por su esposa, pensó. En tanto, una Marta angustiada, esperaba la llegada de Laura y de Marcos. ¿Dónde se había metido? ¿Habría logrado alcanzarla y hablar con ella? ¿Lo habrían resuelto todo? Mil y una idea y pregunta surgieron en su cabeza una tras la otra. Negó con su cabeza apartando las dudas. Se levantó del sofá sosteniendo su vientre, algo dentro de ella, le generaba cierta incomodidad. Subió las escaleras lentamente y fue hasta s
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