Dolor, rabia y decepción (2da. Parte)
El mismo díaBagdadLatifaEmboscar no es solo esperar; es un arte que exige calcular cada respiración, leer cada titubeo, anticipar cada pensamiento. Se necesita paciencia, fría y meticulosa, y un conocimiento profundo del miedo y la vulnerabilidad del otro. No basta con verlo tambalear; el verdadero placer está en reducirlo a un estado de impotencia, verlo arrastrarse como un insecto, incapaz de levantar cabeza, incapaz de herirte, incapaz siquiera de defenderse. Esa impotencia ajena se convierte en un festín silencioso, un poder que se siente en cada gesto, en cada sonrisa fingida, en cada palabra medida. La victoria no se anuncia, no se grita; se disfruta en la sutileza, en la certeza de que controlas el juego mientras el mundo cree que todo es casualidad. Y observar cómo aquel que parecía invencible se doblega ante tu presencia… eso es un éxtasis que ningún triunfo público podría superar.Había lanzado el anzuelo a la mosquita muerta de Sara, esperando que en un arranque de rabia
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