Amar duele (2da. Parte)
La misma noche
Bagdad
Sara
A veces la vida nos sacude sin aviso, como si quisiera obligarnos a elegir entre la seguridad de lo conocido y el vértigo de lo desconocido. El verdadero dilema no está solo en escoger, sino en hacerlo silenciando los miedos que gritan dentro, acallando las dudas que nos desgarran, y aun así esperar —casi ingenuamente— no equivocarnos. Porque nadie, absolutamente nadie, nos prepara para cargar con el peso de nuestras propias decisiones.
Me sentía halagada, sí, pero también temerosa, atrapada en un torbellino de emociones que no me cabían en el pecho. Con su propuesta de matrimonio, Yassir no solo me había sorprendido: había hecho tambalear todos los cimientos de mi mundo. No era tan simple decir “sí, quiero casarme contigo”. Era mucho más. Era aceptar que esa palabra me arrancaría de la vida que conocía, de mis abuelos, de Huda… de todo lo que me había dado un sentido de pertenencia.
Casarme con él significaba entregar mi destino a sus manos, confiar en que