Dolor, rabia y decepción (3era. Parte)
Unos días después
Bagdad
Yassir
¿Cómo se puede dar un portazo al pasado? ¿Cómo cerrar la herida cuando la vida insiste en castigarte poniéndote en el camino a quien amas? Tal vez sea la forma cruel que tiene el destino de burlarse de ti, como si dijera: Mira la estupidez que cometiste. Mira lo que dejaste escapar. Mira la condena que elegiste vivir.
Y duele. Duele saber que debes dejarla atrás, que debes renunciar incluso cuando todo en ti grita por ella. Porque, aunque lo niegues, hay historias con punto y final, historias que mueren para dar comienzo a otra que jamás pediste.
Algunos lo entienden, se resignan, aprenden a vivir mirando al amor de su vida como si fuera un extraño, borrando con disciplina cada caricia, cada risa, cada beso robado. Pero yo… yo no pertenezco a ese grupo.
Yo estoy en el segundo. En el de los que no se conforman. En el de los que no saben olvidar. No me basta con decir que perdí a Sara, porque no la he perdido del todo. Ella sigue tatuada en mi pecho, marc