13. EL EX ESPOSO CARLOS LÓPEZ
El silencio se apoderó de la cafetería. Carlos jugó con la manilla de oro en su mano, con una sonrisa burlona, mientras Ana dio dos pasos hacia mí, creyéndose intocable. No me moví, demostrándoles que no les temía, aunque deseaba abofetearlos allí mismo. —Mira quién habla de trampas —espeté, fulminando a Ana con la mirada—. La misma mujer que comparte cama con el hombre que juró amarme mientras tramaba mi humillación. ¿Qué, Ana? ¿Celosa de que no puedas quitarme mi nombre, mi vida y mi dignidad? Si algo había aprendido al enfrentarlos, era que nunca debía permitirles ver mis debilidades. Era cierto, ellos conocían mucho de la niña mimada que fui para papá y mamá, la que, con besos y abrazos, hacía de mis padres lo que quería y que todos estos años ellos habían ut
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