Nelson se quedó paralizado al ver a Ivana frente a él, con los labios manchados de rojo por la sangre, lo que hacía que su rostro luciera aún más pálido. Sus ojos, enrojecidos por el llanto, mostraban la tristeza que la había invadido.Antes de que pudiera reaccionar, su asistente se acercó al auto y, con voz suave, le habló:—Señor Braga, la señorita Elena ya despertó. Está llorando y dice que quiere verlo...Nelson volvió a la realidad, luchando por controlar la punzada de dolor en su pecho. Se obligó a adoptar su faceta más fría y, con tono tajante, dijo:—Esta tarde hay una rueda de prensa. Quiero que estés allí, puntual, y aclares frente a todos que Elena es tu hermana biológica.La mirada de Ivana, desafiante pero quebrada, no le importó.—Si no vas, olvídate de que vuelva a tocarte en esta vida. —dijo sin mirarla y cerró la puerta con fuerza al salir del auto.Ivana se quedó sola, dejando que las lágrimas que había contenido cayeran finalmente.¿En esta vida?Entre él y ella, n
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