Capítulo 11El sol entraba tímidamente por las ventanas de la habitación, pero este día no era un día particularmente especial. Sin embargo, yo no podía dejar de sentir que algo iba a cambiar y algo dentro de mí llevaba días gritándome que debía hacer algo. Que debía dejar de esconderme tras el orgullo y decirle a Sofía lo que realmente sentía.¡Sofía! La había estado observando durante días y su silencio, su lejanía y su manera de evitarme me estaban matando lentamente. No obstante, ella también me estaba enseñando una dura lección y era que no siempre iba a quedarse, no si yo seguía actuando como un verdadero imbécil. Eso lo descubrí en el mismo instante en el que mis labios volvieron a adueñarse de los suyos aquella noche.Esa mañana bajé por las escaleras con una decisión firme y una idea clara en la cabeza. Iba a hablar con ella he iba a decirle lo que sentía. Decirle que había sido un cobarde por darme cuenta tarde de que ella era especial. Que cada noche pensaba en ella, en su

Capítulo 13Desesperación. Esa era la única palabra que definía con precisión lo que sentía desde hacía casi dos semanas. Sofía había desaparecido del mapa, como si la tierra se la hubiese tragado. No recibí ni un mensaje, ni una llamada, mucho menos una maldita pista. Ni siquiera Santiago, mi mejor amigo y su hermano, se atrevía a decirme una sola palabra al respecto por más que insistiera. A eso súmenle que lo había ido a buscado más de una vez y este literalmente me cerró la puerta en la cara. Hasta había ido a casa de los padres de Sofía y como era de esperarse estos me recibieron con frialdad, además de esa tensión amarga que se puede oler en el aire. Su madre me miró como si yo fuera el demonio encarnado, y su padre me dijo, con la voz seca, que tampoco sabían nada de su hija. No sabía si todos mentían o si realmente ella se había esfumado así… como el humo en el viento y todo por mi culpa. Por mis malas decisiones y por mi jodida arrogancia. Debí darme cuenta antes de que la a

Capítulo 15Sus labios aún ardían cuando ambos se separaron en busca de aire y apenas un respiro los mantenía lejos. El silencio que se instaló entre ellos no era incómodo, sino denso, crudo y eléctrico. Las miradas hablaban más que las palabras, y todo el rencor, la rabia y el deseo se fundían en esa tensión imposible de ignorar. — Dime qué amas, Sofía ¿Qué esto que está pasando te ha demostrado que aún sigues queriendo? Necesito escucharlo de tu boca por más egoísta que suene – dijo con los ojos cerrados llevando su frente hacia la de ella mientras acariciaba suavemente su mejilla. — Thiago por favor — dijo Sofía suavemente, aunque más bien parecía una súplica — No me hagas esto. Sabes que no puedo decirte eso porque hasta verte me duele. Tal vez si aquella noche cuando entre por esa puerta convertida en tu mujer me hubieras besado, entonces te habría dicho que te amaba con todo mi ser y que eras lo mejor que me había pasado en la vida. Ahora, lo único que puedo decir es que me du

Capítulo 17 Ocho años habían pasado y si había un hombre que el tiempo no había perdonado… era a Thiago.El Thiago de ahora era otro. Uno que hablaba poco, sonreía menos y dormía apenas lo justo para sobrevivir. En su mundo lo conocían como un empresario implacable, calculador y sin escrúpulos cuando se trataba de negocios. Muchos le temían y otros lo respetaban, pero nadie se atrevía a decir en voz alta lo que proyectaba y eso era que estaba roto por dentro.Cada día, al llegar a su casa, era recibido por el silencio y la soledad. Un silencio tan abrumador que, a veces, lo hacía desear que ella apareciera desde cualquier rincón de la casa solo para gritarle o verla. Sin embargo, eso no ocurría y el alma volvía a su estado de tristeza.Desde el día que Sofía firmó los papeles del divorcio y desapareció de la faz de la tierra, Thiago no volvió a ser el mismo. Él jamás rehizo su vida, ni quiso hacerlo con alguien más aún cuando tuvo muchas oportunidades y mujeres hermosas a su disposic

Capítulo 19Sofía cerró la puerta con un suspiro ahogado y apoyó la espalda contra la madera fría cerrando los ojos con intensidad. Su corazón seguía latiendo como un tambor desafinado, recordándole la sensación punzante de haber estado tan cerca de Thiago... demasiado cerca a decir verdad. El evento había terminado para ella desde el momento en que escuchó esa voz que había intentado enterrar durante ocho largos años y aunque él no la vio, su presencia fue suficiente para removerle el alma.Alexia la esperaba sentada en el sofá, con el ceño fruncido y los brazos cruzados. Camila, estaba sentada a su lado y levantó una ceja con preocupación cuando la vio entrar tan alterada.— ¿Qué pasó en el evento, Sofía? ¿Por qué de un momento a otro cambiaste tu estado de ánimo? — preguntó Alexia, sin rodeos.— Estás pálida ¿Te sentiste mal? ¿Por qué Alexia dice que te pusiste rara? — pregunto Camila viendo la tensión en sus ojos.Sofía abrió la boca para tratar de decir algo, pero justo en ese in