Hoy era un día muy importante para mí y para Massimo. Hoy era el día de nuestro aniversario número tres. Oficialmente teníamos tres años de casados y una niña de dos años. Una pequeña con los ojos igual de verdes y brillantes que su padre, todo lo contrario a los azul intenso míos. Con algo de emoción terminé los últimos detalles de la mesa y coloqué la cena, luego fui hasta la habitación y me vestí mientras tarareaba una suave canción.La madre de Massimo al saber que era nuestro aniversario se había ofrecido a cuidar a Oliv, nuestra bebé. Ciertamente no podía decirlo en voz alta, pero si me lo preguntaban, ella era la única que me había tratado bien en esta familia cuando llegué, bueno, me trataba incluso mejor que mi propia familia.Yo amaba a Massimo, me había dado a nuestra pequeña y de alguna manera había estado enamorada de él desde que me encontraba en la secundaria, en aquel entonces donde él ni siquiera volteaba a darme una mirada.Pero él y yo nos habíamos casado por conv
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