Acelero el paso y llego al estacionamiento, en cuanto entro en Tiny, me arranca de allí entre quejas y me arrastra de nuevo hacia la calle.—Pero ¿qué coño haces? —vocifero. Él pasa de mí y sigue avanzando hacia la calle.Me agarro al final de su espalda y, al alzar la vista, veo que la gente nos mira.—¡Joder, Nick! ¡Suéltame!Deja que me deslice por la parte delantera de su cuerpo, y lo hace lentamente, con la intención de que note los duros músculos de su magnífico pecho. Me detiene antes de que toque el suelo con los pies. Me sostiene por la cintura para que mis labios queden a la altura de los suyos y su flagrante erección me roce justo en el lugar adecuado. ¿Está enojado y cachondo?Se me escapa un gemido traicionero cuando se aprieta contra mí con ese aliento cálido y fresco. Se supone que tengo que estar enojada, y, sin embargo, aquí estoy, retenida en contra de mi voluntad —más o menos— y deseando desnudar a mi captor delante de todo la gente, que se han detenid
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