Capítulo 41Nara estaba sentada en el suelo de su sala jugando con Andrea a las princesas. Ese era el mejor de sus pasatiempos. No tenía intenciones de salir de su casa e incluso había declinado la invitación de Lina para que comieran juntas. Sin embargo, sus planes no podrían llevarse a cabo: su teléfono sonó. Al comprobar en la pantalla que era su hermana, suspiró y, con desgana, respondió a la llamada.—Neida —dijo su nombre con pesadez e inventó una excusa para no tener que hablar con su hermana—. Si no es nada importante, llámame en otro momento. Estoy bastante ocupada ahora mismo —le sonrió a Andrea, que la miraba con curiosidad.—Es muy importante, Nara, realmente importante —le respondió Neida, sonando desesperada—. Necesito que vengas por mí, estoy en un problema.Nara se levantó del suelo de inmediato, preocupándose por Neida.—¿Qué te pasó? —le preguntó Nara con urgencia—. Olvídalo. Dime dónde estás, voy a estar ahí de inmediato.Neida le dio a su hermana una dirección en e
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