Capítulo 32 Al pasar de los días, Darío no podía dejar de sentirse desconcertado. El estado de ánimo de Marco había sido tan bueno que hasta parecía otra persona. —¿Qué te pasa de repente? —le pregunta Darío—. Antes dudabas de ella, pensabas que era una mujer con muchas intenciones ocultas. ¿Ahora ya no piensas investigarla? —Ya sé —le responde Marco—, pero me parece que es mejor dejar que ella se delate por su cuenta. Si en verdad tiene malas intenciones, no va a poder ocultarlas por siempre. Así que no te hagas ideas equivocadas, no lo estoy dejando pasar ni tengo sentimientos por ella, solo quiero ver hasta dónde llega su juego. La verdad es que, a pesar de lo que Marco le dice a Darío, no ha querido investigar más porque quiere darse un tiempo con Nara. No sabe cuáles son sus verdaderas intenciones, pero está seguro de que se siente bien con ella. Nara le da una sensación de tranquilidad que hacía mucho que no sentía en su vida, y le parece demasiado pronto como para dejarlo i

Capítulo 34Nara despierta con la luz del sol en su rostro, se sienta en la cama y siente que su cabeza se rompe en pedazos. Al levantar la vista, ve a Marco saliendo del baño. Las gotas de agua corren por su cuerpo y parecen llamar a Nara hasta que caen en la toalla que tiene atada a la cintura. Aparta la vista de inmediato y se toca las mejillas; siente como si la quemaran. Pero lo que la desconcertaba aún más que eso eran los latidos de su corazón, que le retumbaban en el pecho apresuradamente, como si quisiera escaparse. La simple presencia de Marco provocaba ese efecto en ella.Nara se levanta de la cama y se apresura a vestirse. Recoge todas sus cosas con torpeza y se apresura a la puerta. Se detiene y regresa frente a Marco.—Muchas gracias por haberme cuidado anoche. Ya sé que no es tu responsabilidad —le dice con torpeza—. Lo siento si hice algo que te incomodase. Me voy, necesito llegar a tiempo al trabajo —sus ojos se desvían una vez más al cuerpo de Marco antes de marchars

Capítulo 36Nara estaba tras su escritorio cuando escuchó un alboroto fuera de su oficina. Sin dudarlo, salió a comprobar lo que sucedía y sujetó a una de sus compañeras por el brazo para que se detuviera y le explicara. La mujer parecía muy emocionada por algo y no dejaba de sonreír.—¿Está todo bien? —le preguntó Nara, sin saber qué podía poner la empresa de cabeza en tan poco tiempo. La mujer le respondió de inmediato.—Sí, es que vino alguien de la sede a dar una capacitación sobre la cultura empresarial. Todos creen que es el mismísimo CEO. He escuchado que es muy lindo y joven. Ya quiero verlo. Deberías venir conmigo, esta no es una oportunidad que vamos a tener todos los días.El entusiasmo de la mujer contagia a Nara, que la sigue con una sonrisa hasta la sala de reuniones. Allí ya estaban casi todos. La sala de reuniones es bastante grande, pero, a pesar de eso, se ve completamente llena. Y es que todos quieren estar delante para ver en primera fila al famoso CEO del grupo Ro

Capítulo 38Marco se bajó del auto en la entrada de la empresa y entró caminando como cada día. No le gustaba socializar, pero sí que sus trabajadores recordaran que estaba allí. Entró en el área de recepción y se sorprendió cuando una chica extremadamente bien vestida, tanto que parecía que iba a firmar una telenovela en vez de a trabajar.—Buenos días, jefe le saludó con voz dulce. No recordaba haberla visto antes allí; la miró con extrañeza, hasta que recordó lo que Daniel le dijo antes: esta era Neida, la hermana de Nara. —Ah, tú eres Neida. Marco la observó detenidamente otra vez. No se parecían en absoluto, ni siquiera la forma en la que miraban era similar.Neida vio el momento exacto en el que Marco la recordó. Sus mejillas se pusieron rojas de la emoción. Ahora estaba más segura que antes de que la razón por la que la habían contratado era porque el CEO se había enamorado de ella a primera vista. Sonrió con emoción. No iba a dejar pasar la oportunidad de casarse con un her

Capítulo 40Nara se mueve en la cama y todo su cuerpo se resiente. Se despierta y se sienta en la cama solo para descubrir que le duele hasta el último de sus músculos y, a pesar de haber dormido, se siente en extremo agotada. La noche anterior, Marco no había sido para nada amable, y había resistido tanto tiempo que Nara se había quedado dormida y no recordaba en qué momento.Marco le había hecho tantas veces el amor la noche anterior, que Nara no sabía siquiera que eso era posible. Creyó que los hombres, después de dos, cuando mucho tres veces, quedarían completamente agotados, pero Marco había superado eso por mucho. Si no había quedado embarazada la noche anterior, era por completo un milagro.Marco se había percatado de que Nara estaba despierta. La miró desde donde se encontraba recostado. Los recuerdos de la noche anterior vinieron a el de inmediato.— Estoy seguro de que supere por mucho a cualquier amante que hayas tenido en el pasado, y a cualquiera que intentes buscar en el