NARRADORAEn medio de su nebulosa y a punto de desfallecer, Cassidy no entendió realmente lo que significaban las palabras de su amiga.Estaba agotada físicamente y mentalmente; lo único que deseaba decirle era… lo lamento, por todo.Jamás debió confabularse con su hermano, y decir que no sabía la importancia de lo que estaba robando no era una justificación.Incluso si accedió para salvar el pellejo de Blair.Un robo es un robo.Cuando James le reveló que había dejado vulnerable la manada de Rhett Maddox, Cassidy se quería morir.Pero ni oportunidad tuvo de ver la luz nuevamente. James la encerró y la quería obligar a entregarse a la anciana del Congreso para deshacerse de ella.Se negó con todas sus fuerzas y sufrió entonces las consecuencias.James la torturaba porque sí, porque era un sádico, y entre una bofetada y otra la verdad asomó en frases a medias.Su hermano trabajaba para alguien importante; nunca le dijo quién era, pero fue la persona que lo ayudó a tomar la manada.La m

NARRADORA Harris se abalanzó sobre el enemigo, transformándose en apenas segundos. Sus dientes fieros se hundieron en el cuello del oponente y no lo soltó hasta escuchar el crujir de las vértebras. Lo lanzó a un lado con asco y el enorme lobo Beta se acercó, lleno de angustia, a la mujer que sangraba en el suelo. Las garras se habían hundido con saña en el rostro de Cassidy, haciéndola llorar lágrimas de dolor y dejando una profunda huella. —No, no… —gimió, queriéndose tapar con las manos que goteaban en carmín, intentando sentarse. Pero un esponjoso hocico la empujó con suavidad y, entre sus dedos temblorosos, se coló una lengua a lamerle la horrible herida. Los hombros de Cassidy se sacudieron con más fuerzas al sentir las caricias húmedas, con cuidado, y el gruñido bajo, reconfortante. —Me debo ver… deformada… —una sonrisa triste apareció en sus labios, que le dolieron al tirar de la mejilla abierta. Sus ojos llorosos dieron de frente con unos amarillos intensos que la mira

NARRADORAJudith soñó tantas veces con este momento que, mientras caminaba hacia el altar, creía que era una ilusión.Ella, directo a los brazos de ese macho que siempre había codiciado.Su vestido blanco, entallado y con una cola hermosa; sus ojos, llenos de emoción, viendo al hombre sobre la plataforma.Los miembros élite de su manada, sus mejores guerreros, el corazón de su gente, estaban presentes en su gran día.Incluso la anciana respetada del Congreso se encontraba en primera fila.Judith se detuvo frente a Rhett y fue a estirar la mano para que la ayudara a subir el escalón, pero, al ver que el Alfa mantenía las suyas metidas en el pantalón y sin intenciones de asistirla, disimuló un poco su incomodidad.Por mucho filtro rosa que Judith le pusiera a este momento, había “detalles” demasiado evidentes de que el novio no estaba muy metido en esto.Para empezar, Rhett iba con una chaqueta oscura y unos vaqueros negros.La elegancia bastante cortita y la mirada de exasperación era

NARRADORA—¡A partir de hoy este territorio es parte de Silver Hollow y yo soy su nuevo Alfa! — Rhett rugió a los rostros presentes que aún continuaban estupefactos.Los guerreros no habían dado ni un paso adelante frente a la muerte de su líder.—¿Alguien que se oponga? —preguntó sin obtener respuestas.Todos los ojos puestos en la señora delgada parada a su lado con actitud desafiante.¿Quién sería el demente de enfrentarse a una Anciana del Congreso que incluso acojonaba a su semejante?—¡El que no desee quedarse tiene una hora para empacar y marcharse de mi valle! —dijo de manera arrogante.“Su valle”. Como si ya se creyera el dueño de todo y ciertamente así sería.Estaban decididos él y Blair. Toda esta tierra sería una sola manada.Un refugio seguro para sus proteger sus rarezas.Solo faltaba controlar EmberPine… la manada de Rowan.*****El viento nocturno hizo batir las ventanas, que se abrieron de par en par.Desde que la magia en llamas de Elizabeth atravesó las tierras de e

BLAIR— Aún no me creo que hayas aceptado cenar conmigo —Rowan me dice y la verdad es que yo tampoco me lo creo.—Claro, llevamos un tiempo siendo amigos, ¿por qué no cenar juntos? —le dije con una sonrisa incómoda, apretando la servilleta sobre mis muslos.Él está sentado frente a mí, bebiendo de su vino y dándome una mirada ambigua que no te da un amigo.—Sabes muy bien que me gustas Blair, pero está bien… —agrega, dando un suspiro y bajando la copa lentamente.—. Sé muy bien cuándo rendirme, también tengo dignidad.—Rowan… —mi pecho se aprieta con algo de culpa.En realidad, él ha sido muy bueno, no sé por qué accedí a hacer esto.—Sé que prácticamente te has mudado a SilverHollow y que la ceremonia de unión de Rhett Maddox con Judith, no resultó…Me tensé al escuchar sus palabras, que sonaban a indagación.Rhett había cerrado las fronteras de esa manada también, pero era obvio que el movimiento en el valle cada vez se podía ocultar menos.—Rowan, el Alfa Maddox y yo… —comencé a ex