El CEO Darkok rodó los ojos. Su engreído amigo creía que ya lo estaba extrañando. — Te tienes en una alta estima, ¿Eh? — Siempre, pero no me llamas para que te lo diga, ¿Qué es lo que sucede? Esta llamada es bastante inusual. — Es Doménico. Un silencio se escuchó del otro lado de la línea. — ¿Qué le pasó ahora? Solo falta que se incendie su villa, o que lo muerda un perro. Habla, ¿Qué le sucedió? — Como tú, también vino a dejarme a Luciano en la puerta, Stella ya rompió fuentes, se marchó a toda prisa a llevarla al hospital, ella ya va a dar a luz. — Carajo, llegó el momento, ¿Siguen en tu villa? — Si, pero saldré ahora mismo para el hospital, Angelic se quedará en casa con los niños. Eso me deja tranquilo. — Ahhh... Cuando se lo diga a Emma ella querrá acompañarme al hospital, y no considero que esté en condiciones de estar en una sala de espera por no se cuánto tiempo. — Solo díselo, eres el CEO Mendoza, el implacable y poderoso, Emma es dulce, gentil, c
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