Fue inevitable para Eleanor el no recrear una y otra vez lo que había sucedido con Astor, se sentía extrañamente excitada ante el recuerdo, pero también irremediablemente culpable, sabía que no estaba bien, pero tampoco lo podía evitar. ¿Ahora qué pasaría? Astor le había dicho directamente que se sentía atraído hacia ella, pero ¿a qué se refería? Trató de no prestarle mucha atención, porque creyó que solamente había sido algo referente a su aroma, aunque a este punto, todavía no lo comprendía del todo, también pensó en si estaba corriendo peligro al quedarse ahí y, además, ¿Cómo podía estar sintiendo todo esto, cuando había jurado odiarlo para toda la vida? No tenía ningún sentido, no entendía para nada los sentimientos que estaban desarrollándose en su interior. Mil preguntas se le arremolinaban en la cabeza, pero evitaba pensar principalmente en una ¿Qué pasaba con Emmett?Los días transitaban rápidamente, Astor había estado evitando por todos los medios volvérsela encontrar, así qu

El sol matutino le dio en el rostro, haciendo que Eleanor por fin abriera los ojos, le costó un poco de trabajo acostumbrarse a la luz por lo que parpadeó un par de veces antes de notar en donde estaba, cuando por fin se ubicó, los recuerdos de días anteriores volvieron a ella: la batalla con Astor, el motivo por el que habían peleado, la desaparición y probable muerte de Emmett, y el dulce sueño que había tenido donde este regresaba, por un momento temió por su vida, había atacado al emperador y eso merecía la pena capital, pero al recordar el resto de sucesos, comenzó a llorar y deseó seguir durmiendo para siempre, pues ahora que había despertado, el dolor que sentía era inmenso.—Mi señora, por fin se ha levantado — anunció con alegría Cordelia, entrando por la puerta con un jarrón en las manos.—¿Cuánto tiempo he dormido?—Tres días y tres noches completas. Estábamos muy preocupados por usted, el medico real pensó que dormiría por siempre.—¿El medico real?Eleanor se sintió confu

La fiesta dio por terminada, los invitados fueron despedidos y dio inicio una investigación profunda para encontrar al culpable de atentar contra la vida de su majestad. Eleanor se quedó esperando a que alguien pudiera darle noticias acerca de la condición de Astor, pero al igual que con el resto, la despidieron.Al volver a su habitación, se sentía inconsolable, pidió que la dejaran sola y se permitió volver a llorar, en realidad no entendía porque no podía parar de hacerlo, tenía miedo de que Astor muriera, enterró el rostro en la almohada y percibió el aroma del demonio, buscó debajo y encontró el pañuelo que le había dado días antes, por inercia se lo llevó al rostro para olerlo. sintiendo como su cuerpo se relajaba.—Necesito saber que sigue vivo.Pero aquella noche no hubo más noticias, trató de dormir un poco, pero no pudo descansar nada, fue hasta el día siguiente, pasando el medio día, que Alcira pudo darle un poco de información.—Ayer atraparon al sirviente culpable mientra

Comenzó pues, una rutina entre los dos, ya fuera que Eleanor lo visitara por las mañanas para desayunar juntos o al medio día para leerle un poco, cuestión que impresionó a Astor recordando el suceso de la biblioteca, o llegara por la noche para tomar algo de té, conversar acerca de sus avances con su entrenamiento o simplemente hablar de cualquier cosa, en la mayoría de las veces, era Eleanor haciendo muchas preguntas tratando de saciar su curiosidad.—Emmet se convierte en un zorro gigante. ¿Usted también?Astor soltó una risa ante la inocencia de su pregunta, pero al notar que ella fruncia el ceño y lo veía con desaprobación se dio cuenta que su curiosidad era genuina, se aclaró la garganta y se puso serio.—Sí, yo también me convierto en un zorro gigante. Aunque pocas veces lo he hecho, no ha sido necesario.—¿Necesario? ¿Se siente más cómodo en está forma?—No, no exactamente. — se detuvo un momento, como buscando las palabras correctas para poder explicarse — Nosotros a diferenc

El deseo de Eleanor no se cumplió, y en cambio, no volvió a ver a Astor después de aquella noche en la que se hizo el “ritual”, buscó la manera de acercarse, pero la respuesta siempre fue la misma: “ocupado con…” “ausente hasta…” “fue a visitar a…” “tiene invitados…”, comenzaba a desesperarse y pensó que había hecho mal, no entendía lo que pasaba.—Es normal que no haya podido recibirla, señorita — le dijo Cordelia, después de la segunda semana de no verlo — Estuvo bastante alejado de los asuntos del reino, seguramente tenga muchos pendientes y además está el problema con su primo, su alteza Hakim. Ahora que esta recuperado, debe encargarse de todos esos pendientes.—Sé que esta ocupado, pero ¿tanto para no poder verme durante un momento?—No quiero ser grosera, señorita. — interrumpió Alcira — Pero debe recordar cual es su posición, no debería demandar tanta atención de su majestad, él no es cualquier persona, recuérdelo. Las palabras molestaron a Cordelia, que la miró con terribles