C40- ¿Y PORQUE LA TIENES GRANDE? Priscilla abrió los ojos lentamente, sintiendo el calor de un cuerpo masculino pegado a su espalda. Una sonrisa boba se le formó en los labios, convencida de que al fin había logrado su objetivo: Mason. Cerró los ojos de nuevo, disfrutando la fantasía unos segundos antes de girarse. Pero la sonrisa se le borró al instante. No era él. Ni su rostro. Ni mucho menos su cabello. Era un rostro asiático, atractivo, sí… pero no el de Mason. La sangre le abandonó la cara y el corazón comenzó a golpearle el pecho como un tambor. Saltó de la cama con un chillido ahogado, llevándose las manos a la boca. —¿Qué…? ¡No! ¡Él no es Mason! Kenyi gruñó algo ininteligible entre sueños y se giró en la cama. Entonces ella lo vio, completamente desnudo, con el miembro descansando sobre su muslo. Sus ojos se abrieron como platos, como dos huevos fritos, y el pánico la invadió. —¡¡NOOO!! —gritó con todas sus fuerzas—. ¡Le di mi virginidad a un extraño! Sin pensarlo, agar

C42- COMO UNA NIÑA ABANDONADA.Ante la confesión, todos reaccionaron de forma distinta. Margaret retrocedió como si le hubieran disparado, Sara se quedó sin palabras, incapaz de procesar lo que acababa de escuchar y Mason cerró los ojos con un gesto de resignación, como si necesitara tragarse toda la incomodidad del mundo. Kenyi, en cambio, solo miraba a Priscilla como si fuera la cosa más hermosa que hubiera visto en su vida.—Lo que pasó entre Kenyi y yo... —Priscilla continuó— fue cosa de una noche... no quiere decir que... que seamos pareja ni nada. —Respiró hondo, mirando a Margaret—. De todas maneras, pido disculpas, esta es tu casa... y mi comportamiento fue inaceptable.Las manos de Margaret se apretaron hasta que sus nudillos se pusieron blancos y la sonrisa confiada de Kenyi se borró y dejó paso a la perplejidad y se puso peor cuando Priscilla lo miró un segundo y remató.—Gracias por la noche... pero es mejor que te vayas.El golpe cayó directo en su estómago. Siempre era é

C44- COMPLICACIONES IMPOSIBLES DE EVITAR.El sol caía cuando Priscilla salió del edificio donde tomaba clases de piano llevando un vestido blanco ligero que se ceñía y flotaba según el capricho del viento. La coleta alta tirante le estilizaba el cuello y dejaba ver ese perfil de estatuilla consentida. Detrás de ella, venían sus amigas: Val con labios rojo carmín, Camila con gafas enormes que no necesitaba y Lía documentando todo para historias que jamás subía.Priscilla dijo algo mordaz sobre el profesor y las tres explotaron en carcajadas; ella inclinó la cabeza hacia atrás al reír: limpia, luminosa, despreocupada por tres segundos y ese sonido le atravesó el pecho a Kenyi como un latido fuera de compás.Él ya estaba ahí, apoyado sobre su moto Ducati negra, guantes a medio poner, chaqueta de cuero abierta, mientras la observaba sin pestañear, ajena a cómo le había desordenado el mundo entero, porque no se suponía que su corazón reaccionara a un gesto tan simple.Pero lo hacía.Y fuer

C46-HAZME EL AMOR. La moto rugía como un animal desatado mientras se deslizaba por la autopista, y cada curva parecía un desafío al destino. Priscilla reía con un brillo en los ojos que no recordaba haber tenido nunca; era como si la opresión de su apellido, las reglas de su madre y las expectativas de Margaret se hubieran quedado atrás, perdidas en la estela del motor. —¡Más rápido, Kenyi! ¡Más rápido, quiero volar! —gritó, aferrándose a él con una mano mientras con la otra se estiraba hacia el cielo, mojada por la llovizna—. ¡WOW! ¡SÍIIII! Kenyi sonrió bajo el casco al escucharla y, sin pensarlo, giró el acelerador. El rugido se intensificó y la moto cortó el viento como una flecha. Sintió el único brazo de ella apretándose más contra su torso, como si no quisiera separarse nunca. —¡Eres un loco! —chilló después, con los ojos brillando como niña en un juego prohibido, sin bajar todavía la mano que había alzado antes, temblándole de pura adrenalina. —¡Y tú estás pe

C48-NABIPriscilla descansaba sobre el pecho de Kenyi y su dedo curioso acariciaba el tatuaje de dragón que recorría su piel.—¿Y esto? ¿Qué significa?Kenyi tomó su mano y con calma guió su dedo sobre las letras grabadas junto al dragón.—Fuego. Coraje. Lealtad —susurró—. Todo lo que nunca quise perder.Ella se incorporó un poco, inclinándose hacia el tatuaje, y besó suavemente las letras, dejando un cosquilleo en su piel.—Se ven sexis —murmuró, con un rubor evidente en las mejillas.Él sonrió de lado, deslizando un mechón de cabello detrás de su oreja.—No, tú eres sexy.Priscilla lo miró, entre sorprendida y nerviosa.—¿De verdad? ¿No piensas que soy... una cabeza hueca?Kenyi fingió pensar, haciendo una mueca traviesa.—Bueno... tienes tus momentos de rubia distraída, pero... eso también me gusta. —La atrajo con un movimiento firme y antes de que ella pudiera replicar, la besó con intensidad.Ella le correspondió, dejando que el beso se volviera profundo, cargado de deseo, hasta