C47-¿PESADILLA O RECUERDO?
La mañana en la mansión era silenciosa, interrumpida solo por el tintinear de la taza de porcelana cuando Margaret la dejó sobre el plato. Mantenía la vista fija en el jardín, con el ceño ligeramente fruncido, cuando el teléfono vibró sobre la mesa.
El número era desconocido.
Lo dejó sonar hasta que cesó, pero apenas unos segundos después volvió a vibrar y, con un gesto de fastidio, contestó.
—¿Bueno?
Del otro lado, la voz masculina le erizó la piel.
—Hola, Margaret.
Sus dedos se aferraron con fuerza al teléfono, porque reconocía esa voz.
Era Elías.
El hombre al que había pagado hacía muchos años.
—¿Qué quieres? ¿Por qué me llamas? —susurró, poniéndose de pie y asegurándose de que nadie estuviera cerca.
Del otro lado, Elías chasqueó la lengua mientras se apoyaba con calma contra su auto deportivo, mirando su reloj de lujo con esa sonrisa insolente que siempre tuvo.
—Bueno... he tenido algunos problemas de dinero —dijo arrastrando las palabras—. Y pensé que p