C43-MI TODO.
C43-MI TODO.
En su departamento, Kenyi quería silenciar sus recuerdos.
La chaqueta de su traje seguía abandonada en el sofá, arrugada, con esa energía violenta de algo arrojado por alguien que odia perder el control y tomar decisiones estúpidas.
—Solo fue algo momentáneo… —escupió. Una mentira que se repetía a ver si sonaba verdad.
Pero las escenas regresaban en oleadas tercas: el aroma dulce y limpio de Priscilla pegándose a su respiración; la tibieza de su piel contra la suya; ese microtemblor en los labios de ella antes de rendirse al beso; el modo en que lo miró… cómo gimió.
Se le escapó un gruñido, mitad deseo, mitad rabia. Y se puso de pie de golpe, plantándose frente a la ventana; el golpe seco contra el marco y el dolor le devolvieron una pizca de realidad.
—¡No debería estar pensando en ella! —se reprochó—. ¿Desde cuándo recuerdas a alguien después de una noche?
Sin embargo, una risa breve, incrédula y burlesca, le salió dirigida al hombre en que siempre confió ser.
—No puedo