Capítulo 51Dos días habían pasado desde aquella mañana en que Irina y Leone despertaron entre caricias, complicidad y decisiones pendientes. La vida de ambos pareció retomar un ritmo esperanzador. Gail estaba más animado, y la casa tenía un aire de equilibrio nuevo por todo lado. Irina se sentía más centrada en lo que hacía, como si por fin estuviera construyendo algo firme sobre las ruinas del pasado. Sin embargo, esa mañana, luego de dejar a Gail con Nonna y Teresa, ella y Leone llegaron juntos a la empresa tomados de las manos Irina lucía radiante ante los ojos de los demás. Llevaba el cabello recogido en una coleta alta, labios en un rojo discreto, y un vestido blanco ceñido al cuerpo que resaltaba su figura con elegancia. Algunos empleados la saludaban con respeto y admiración; ella, con sonrisa serena, caminaba hasta la sala de juntas mientras devolvía el saludo, para después revisar algunos informes. La jornada comenzaba tranquila y eficiente como siempre, tanto que sobre el
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