LISSANDRALa casa olía a hogar.A ese tipo de aroma que mezcla café tibio, suavizante de ropa y risas contenidas en las paredes.Después del caos emocional, volver a casa con todos fue como respirar después de casi ahogarme.Ash sostenía mi mano como si temiera soltarla, me dejaba suaves besos en mi frente, mis manos, mi sien cada tanto y Tiffany caminaba a mi lado, curiosa, con su típica energía eléctrica.—No puedo creer que mi primo al fin sentara cabeza. Créeme, mi tío le exigió tanto que se casara, incluso con la oxigenada de Giselle, que de verdad me caía tan mal… Si mi primo accedía a casarse con ella, yo ya tenía listo el plan de secuestro. Jamás dejaría que esa rubia hueca entrara a la familia, ¡menos que pusiera sus garras en mi primo regalón!—Soy el único que tienes, Tiff.—Aunque así fuera, Liss es infinitamente más hermosa. Y tiene cerebro, que es lo importante.—Eso no te lo discuto. Mi Liss es perfecta —dijo Ash, besándome la frente haciéndome sonrojar.Íbamos llegando
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