Todos los capítulos de Madre en Alquiler para el Hijo del Ceo Tirano.: Capítulo 21 - Capítulo 28
28 chapters
Capítulo 21
AnalisseEstaba escéptica, sin saber qué decir. La señora no dejaba de mirarme, con una expresión que mezclaba curiosidad, desconfianza y quizás algo de juicio. Tal vez no creía la mentira de su hijo. Y quién le creería a un estúpido que, de la nada, había decidido decir algo así justo hoy.Me sostuvo la mirada con intensidad, mientras yo trataba de disimular, aparentar seguridad. Entonces, con un gesto irónico y voz firme, me dijo:—¿Desde cuándo tú y mi hijo tienen una relación de la que yo, como madre, recién me estoy enterando? A ver, cuéntame, chica… ¿Cuántos años tienes? ¿Cuántos meses de embarazo tienes? Porque por lo que veo, debes tener unos cuatro o cinco, ¿no? Aunque claro, con ese cuerpo tan hermoso —se corrigió con sarcasmo— para no decir otra cosa.Tragué saliva, manteniéndome serena. No quería meterme en más problemas ni con ella ni con él. Así que respondí lo más neutral posible, cuidando mis palabras.—Discúlpeme, señora. Si su hijo no le dijo nada, supongo que fue pa
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Capítulo 22
LeonardHabía pasado una semana, y entre el trabajo y las reuniones con los nuevos miembros del equipo, me sentía completamente agotado. Mi madre me había invitado a una reunión familiar... incluso debía llevar a Analisse como si realmente estuviéramos casados. Eso era peligrosísimo. Si ella descubría la verdad, podía poner una demanda en mi contra y yo perdería el derecho a reclamar mis herencias. Todo esto se estaba saliendo de control, y a cada paso que daba sentía que me acercaba más al abismo.¿Cómo se suponía que debía manejar esta situación? ¿Y a esta mujer? Una semana viviendo con ella y ya me tenía al borde. Me sogocaba más de la cuenta, aunque su forma de actuar normalmente era... tranquila, como la de un animalito asustado. Pero luego, sin previo aviso, me soltaba las cosas con una frialdad que me descolocaba. Yo, que siempre había sido un hombre indiferente, estaba empezando a notar que su presencia me molestaba... en más de un sentido.Y por si fuera poco, estaba Leticia.
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Capítulo 23
Analisse Estaba recostada en la cama, con el mismo libro que había estado leyendo Leonard días atrás. Hablaba sobre imperios, sobre cómo grandes empresas nacían de la nada, sobre el rey de Babilonia y su ascenso económico. A veces pensaba que esos hombres antiguos eran unos idiotas obsesionados con el oro, con el poder... pero ahora, ahora que yo estaba viviendo mi propia guerra silenciosa, entendía que el dinero no era un capricho: era una necesidad. Una base. Una salvación a las necesidades humanas.Mamá, gracias a Dios, ya estaba en quimioterapia. Estaba mejorando. Le dejé todo el dinero que tenía disponible en la cuenta bancaria, por si pasaba cualquier emergencia. Me esfuerzo por no sentirme sofocada, pero mi vientre ya se notaba un poco más grande y el peso de los días me tenía atrapada. Tenía ganas de correr, de huir de esta habitación, de esta mansión que no era mía, pero no podía. Tenía que esperar a que llegara el rey de este castillo y me dijera: “Puede irse. Tómese un des
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Capítulo 24
AnalisseEstaba nerviosa, cuando bajé del auto que Leonard había mandado por mí, sentí que todos los ojos se posaban en mí… o al menos así lo sentí. Según él, ahora tendría mi propio chofer para venir al trabajo, pero a mí eso no me emocionaba, al contrario, me daba una vergüenza horrible. ¿Qué iban a pensar de mí? ¿Qué dirían al verme con este vientre abultado?No debería sentirme así, lo sé. Pero aún así… solo espero que nadie sospeche que este hijo que llevo es del CEO. Si se enteran, las críticas no se harán esperar. Al menos con esta ropa se disimula un poco. No me veo tan embarazada, solo como si hubiera subido de peso.Subí al elevador y solté una exhalación larga, tratando de calmarme. Llené mis pulmones de aire y lo solté justo cuando la puerta se abrió en el piso diez. Caminé con pasos firmes —o intentándolo— hasta el mostrador donde se entregan las tarjetas de acceso.—Buenos días.—Buenos días —respondió la chica al otro lado. No era la misma de hace unos meses. Seguro ya
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Capítulo 25
LeonardAl salir de la empresa, subí a mi coche sin decir una sola palabra. Me dolía la cabeza. El día de hoy pensé que jamás saldría del baño con tantas náuseas. Estaba harto. Nunca imaginé que tendría estos malditos síntomas. Pero bueno… ni modo. Supongo que todas estas consecuencias traerán una ganancia. Aprieto el botón del reproductor de música y una canción de Celine Dion comienza a sonar. Siempre me han gustado las canciones románticas. No soy un hombre meticuloso con la música moderna de este siglo. Prefiero lo clásico, lo que toca el alma.Voy en camino a mi mansión, pero el trayecto se hace eterno. Tomé otra ruta sin querer, y terminé dando más vueltas de lo necesario. Lo primero que decidí fue detenerme en una tienda exclusiva para comprar un par de botellas de vino. Esta noche, necesito relajarme. Quiero tomar un poco, ver una película, firmar algunos documentos que dejé pendientes, hacer un par de cobros de pagarés y organizar esas compras que se me han pasado. Salí de la
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Capítulo 26
AnalisseNo puedo creer cuántos problemas pueden ocurrir en un solo día. Después de lo que pasó con Jorge, no entiendo con qué intención está tratando de engatusar a Sofía. Mama por su parte, realmente se indignó y se molestó, pero no quiso comentar que Jorge y yo habíamos sido novios en el pasado. Ese tipo disimuló muy bien su supuesta amistad conmigo.No aguanté más. Tuve que irme. Le pedí a Sofía que cuidara bien de mi madre, también le dije al guardia que tuviera cuidado con Jorge. Realmente, no podía confiar en él.Pasé solo una tarde con mamá. Se le notaba más tranquila, aunque a pesar de eso, su comportamiento era inestable. Parecía bipolar. De repente me hablaba con cariño y, al instante siguiente, me lanzaba comentarios hirientes. Por esa razón, decidí marcharme.Y por si no fuera suficiente, ahora me encuentro con esa mujer loca, furiosa, sacando una navaja como si quisiera clavármela. Por suerte, el señor Blackwell intervino a tiempo. Al terminar de ponerme el vestido, me p
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Capítulo 27
Leonard.Cuando la supuesta cena de boda finalmente terminó, nos dirigíamos a mi mansión. El dolor de la bala que había rozado mi hombro seguía presente, punzante, constante. Lo único que deseaba era llegar a casa, recostarme y dormir unas horas en silencio.Volteé la mirada hacia Analisse. Estaba sentada a mi lado, con los ojos cerrados y la boca entreabierta, completamente rendida por el cansancio. No sé por qué, pero sentí el impulso de acercarla a mí. Apoyé suavemente su cabeza sobre mi hombro. Me quejé un poco; el dolor en el brazo me lo recordó, pero resistí.No entendía qué me pasaba. De repente, una sensación de pesar se apoderó de mí. ¿Será que la estoy utilizando? ¿Será que ella no merece esto? Me debatí unos segundos entre mi frialdad habitual y una compasión que no me pertenece. Me dije que al menos tendría su recompensa, pero al pensarlo bien, ¿por qué debería importarme? Todas las mujeres son iguales. Ninguna es distinta, ninguna es digna. Todas fingen, todas buscan lo m
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Capítulo 28
AnalisseMis ojos se abrieron de par en par al ver a la madre del señor Leonard, de pie frente a nosotros observándome con una expresión que no pude descifrar del todo, pero que gritaba: ¿Qué haces tú aquí?—¿Madre? —dijo Leonard visiblemente sorprendido—. ¿Qué haces tan temprano en mi empresa?Yo apenas podía respirar. El corazón me latía tan fuerte que temí que se notara.—Esto me sorprende —continuó ella, alzando una ceja mientras sostenía entre sus dedos mi tarjeta de presentación—. ¿Qué hace tu esposa aquí...? No me digas…—Madre, por favor —interrumpió Leonard, tratando de mantener la compostura—. ¿Podemos hablar en mi oficina?—Ay, pero qué educador resultaste ser hoy, querido —ironizó ella—Por favor, no me hagas un show...—En serio, dime, ¿por qué no quieres que te haga uno? No te preocupes, no pienso armar ningún escándalo. Es solo que me sorprende ver que tu esposa trabaja en tu empresa. ¿Y ahora qué? ¿Quieres que me quede callada?Leonard la tomó del brazo con suavidad,
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