MARÍAEl mensaje llegó a mi teléfono con una vibración seca, sin sonido, justo como me gustaba. No decía mucho. Solo una ubicación: el hospital central del distrito tres. A simple vista, no era nada. Pero con Lev Zaitsev no existía nada sin importancia. Si estaba allí, era porque protegía algo. Y yo no era una mensajera más. No le debía explicaciones a nadie… todavía.No informé a Dmitri. Aún no. Primero tenía que comprobar qué demonios estaba escondiendo Lev. Tal vez fuera un contacto, un rehén, un cargamento de documentos importantes. Tal vez… tal vez incluso algo que realmente nos sirviera, no sé por qué demonios no me llegó esta información antes, pero creo que era algo útil.El hospital era una de esas construcciones modernas, frías, diseñadas para confundir. Pasillos largos, luces blancas como cuchillos, todo demasiado limpio para ser real. Entré sin problemas, usando una identificación vieja falsificada con el logo de la red médica estatal. Pero no podía acercarme a las zonas r
Leer más