Ares.Rápidamente, salimos de la cabaña, y a las afueras los soltados sostenían al detenido.—Alfa, este Roger acusa a la luna de todo—dijo el beta.—No estarás creyendo en él — respondió Azucena—. ¿Por qué motivo ordenaría el ataque de mi propia nada?Ella tenía razón, en los últimos años, Azucena había asumido el papel de luna y lo había hecho excelente, trayendo prosperidad y abundancia. ¿Qué motivo tendría para atacar la manada?De entre los soldados salió Mara, guerrera, y una antigua amante; ella lucía malheridas.—Yo soy testigo —afirmó—. Mientras patrullaban la frontera, la luna llegó. Rápidamente, asesinó a mis compañeros y quiso hacer lo mismo conmigo, pero pude huir —continuó Mara.—Mientes, nunca he estado en la frontera —se defendió Azucena.—¿Por qué mentiría Luna, desesperadamente tratamos de contactar al alfa, pero por alguna razón su enlace estaba bloqueado? —habló MaraNuestra mente empezó a maquinar muchas cosas, ahora entendía el porqué pidió que bloqueáramos el en
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