Todos los capítulos de Mi cruel esposo: Cayendo en su trampa: Capítulo 111 - Capítulo 113
113 chapters
Capítulo 111: Salvaje en el comedor.
―Muy bien, Erika. Ya es suficiente. Tu faceta celosa dejó de excitarme, así que sal ―habló con convicción. ¿Estaba excitado? Qué hombre más vulgar. ―No tengo hambre ―dije, acompañado de un rugido de tripa que no escuchó, por suerte. ―¿Sabes qué esta es mi casa? Poseo las llaves de cada habitación. La única razón por la que sigues allí adentro es porque te he dejado comportarte como una niñata. Pero no más. Tienes media hora antes que abra la puerta ―habló con seriedad. Una vez que se fue, me levanté con prisa de la máquina. Tenía que apurarme y salir de aquí antes que Derek abriera la puerta. Salí, cerrando la puerta con extremo cuidado. Me giré sobre mis talones, chocando contra un cuerpo firme y fuerte. Unos brazos rodearon mi cintura. ―Que fácil eres de leer, sabía que saldrías ―La voz alegre de Derek retumbó en la habitación. Me besó las mejillas como un bobo enamorado. Actuaba como si jamás le hubiese pateado las bolas y acusado de infiel. ―¡Suéltame! ―Vamos a
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Capítulo 112: Placer y éxtasis.
―Relaja el cuerpo ―dijo y lo obedecí―¿Estás bien?―Sí, estoy bien ―respondí en voz baja, avergonzada de mi propio deseo. Debería estar insultandolo, golpeándolo. Le descubrí una amante, pero aquí estaba, ofreciéndome ante él. Porque no era capaz de enfrentarme a mi lujuria. ―Bien ―exhaló con fuerza, liberando tensión. Supongo que estaba preocupado que lo rechazara y dejar esto a media. Sentí como se abría paso en mi interior, implacable. Mis pliegues cedían con facilidad. Era un cosquilleo que me erizaba la piel. Me llenó por completo, hasta el punto que su cuerpo hacía contacto con mis nalgas. Su mano presionaba mi espalda, enroscado el camisón en esa zona. Me mantenía contra la mesa mientras bombeaba sin contemplación.Mis caderas subían y bajaban a su
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Capítulo 113: Principios del squirt.
Su mano bajó de mis pechos a mi entrepierna, acariciando mi zona sensible. Chillé, sintiendo que mi cuerpo entero sufría un cortocircuito. No pude resistir mucho. Mi cuerpo entró en un estado que variaba entre la relajación y el placer absoluto. Un chorro abandonó mi cuerpo, acompañado de un estado de éxtasis del que no podía salir. Abrí los ojos con impresión al sentir aquel líquido empapar mis muslos y caer en el piso, mojando mis pies descalzos.Una vez que expulsé todo lo que había en mi interior, cerré los ojos al momento de sentir mi visión borrosa. Era consciente de cada poro de mi piel, de cada exhalación que abandonaba mi boca. Y de las últimas embestidas de Derek hasta correrse en mi interior, llenándome. Estaba sufriendo calambres en aquella zona, pero los estragos del orgasmos seguían intoxicando el umbral del pla
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