Capítulo 101: Mensaje contundente.
No tuve que esperar mucho para que Erika se quedará dormida, en menos de diez minutos la pastilla hizo su efecto y se encontraba de lado, respirando lentamente, con su cabello cubriendo parte de su rostro. Tuve que bajarme de la cama lentamente. ¿Por qué? Porque quise, ya que Erika no se iba a despertar por eso. La arrope hasta los hombros y la contemplé durante un breve segundo, observando lo que habían hecho con mi mujer, en quien la habían convertido, como la habían reprimido. Había cambiado mucho desde nuestra etapa universitaria y aún así la amaba, pero no era ciego, parte de su personalidad se debe a las experiencias y maltrato a las que estuvo expuesta esta última década. La amaba tal cual era y pensé que lograría odiarla porque ya no era la misma mujer de la que me enamoré en el pasado, pero no fue así, seguía sintiendo lo mismo. Sé que en el momento que sane, su personalidad cambiará y yo sentiré lo mismo por ella, por eso, no tengo miedo que cambie, siempre y cuando mej
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