Todos los capítulos de Mi Oscuro Hermanastro, tengo a tus mellizos: Capítulo 111 - Capítulo 120
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CAPÍTULO 25 —Oscuro Secreto
Melissa vio cómo Luca se quedó profundamente dormido y tomó su celular cuando una llamada de Daniela vibró en la pantalla, sin embargo, este no era el momento para hablar.Cerró la puerta de la habitación de Luca, y luego caminó hacia el ventanal desde el que se veía el jardín. Era una gran vista, y una bella casa. Pero estaba tan ensimismada en sus pensamientos que no notó que Bruno había llegado a la habitación. —¿Estás bien? —preguntó con suavidad, acercándose por detrás y posando una mano en la cintura de ella.Melissa saltó un poco, pero dejó que sus manos la envolvieran.—Sí… sí, solo estoy digiriendo todo —respondió ella con una media sonrisa—. Es una historia fuerte, Bruno. Él… él es tan pequeño, y todo esto es tan grande.Ella se giró y Bruno respiró hondo, rodeándola con ambos brazos.—Lo sé —murmuró en su oído.—¿Sabes la magnitud y el peso que llevará Luca? Tu abuelo ya lo tilda como el heredero, y es tan… Dios, me da miedo por él.—¿Crees que sería mejor si se supiera to
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CAPÍTULO 26 —Oscuro Secreto
El sol apenas comenzaba a elevarse cuando Melissa abrió los ojos. Aún estaba enredada entre los brazos de Bruno, y por un instante, se permitió disfrutar del calor de su cuerpo, de la respiración acompasada de él, pero no duró mucho.Recordó lo que sucedería esa noche, y el peso de la verdad volvió a caerle encima como una losa.Se levantó con cuidado, sin despertarlo, y caminó hacia el espacioso baño para lavarse los dientes y mirarse al espejo.La mansión se estaba preparando algo grande y decidió de último momento darse un baño con agua tibia que le relajara los músculos. Después de al menos media hora, estaba fuera y escuchó las risas. Luca estaba en la cama de Bruno, pidiendo que quería ir a jugar a afuera, mientras Bruno se quejaba sin querer abrir los ojos.—¡Buenos días! —Luca fue el primero en girarse con su saludo—. ¿Quieres ir afuera a jugar?—¡Siiii!Luca se bajó rápidamente como un rayo, y Melissa se rio cuando Bruno unió sus manos como si le agradeciera con la vida que
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CAPÍTULO 27 —Oscuro Secreto
El aroma a pan recién horneado y café llenaba la cocina cuando Luca, riéndose a carcajadas, irrumpió en la estancia corriendo detrás de Aurora, quien fingía no poder atraparlo.—¡Soy más rápido que tú! —gritaba el pequeño mientras esquivaba sillas y se lanzaba al suelo entre risas.Melissa, sentada junto a Andrea, se reía también, contagiada por la energía. La mayor de las hermanas de Bruno era encantadora: tenía una risa abierta, gestos firmes pero cálidos, y una manera franca de hablar que empezaba a tranquilizarla.—Tienes que conocer a Giovanni… —Andrea atrajo su atención de nuevo y ella la miró.—Es… el otro hermano de Bruno —Melissa contestó con confianza para hacerla sentir que conocía a su familia a través de Bruno, pero cuando Andrea asintió, escucharon gritar a Aurora.—Es el relegado…Bruno sonrió cuando Aurora lo dijo, mientras Andrea negó con otra sonrisa.—Le decimos así porque siempre se hace la víctima de que el favorito de todos es Bruno, pero no es así, mamá nos quie
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CAPÍTULO 28 —Oscuro Secreto
Melissa se miró en el espejo mientras terminaba de peinarse. En su reflejo no solo vio la ropa elegante: vio el nerviosismo, las preguntas que no había querido hacer. ¿Sería aceptada? ¿Estaba lista para enfrentar todo lo que significaba entrar en la familia Machiatti?Hasta ahora todo había sido un torbellino y este ritmo en su corazón no había descansado ni una vez.Escuchó los pasos y se giró con una sonrisa. Había una mujer que Bruno delegó para que se encargara del baño y el cuidado de Luca, así que cuando lo vio muy bien vestido y con su cabello limpio, se sentó en un sofá de la habitación para acariciar su rostro.—¡Qué bello está este chico!—Tú también, serás la más linda de todas, Meli… —Melissa sonrió, Luca había copiado el diminuto por el que la llamaba Bruno, solo que a este le sonaba tan tierno.—¿Estás listo? —él asintió serio y ella notó que estaba un poco nervioso—. No sueltes mi mano, ¿de acuerdo? Aquí estaremos parta ti todo el tiempo, y recuerdo Luca… —ella se le ac
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CAPÍTULO 29 —Oscuro Secreto
Hubo un carraspeo, tensión y mucho silencio, ese que fue cortado por el mismo Lorenzo Machiatti.—Stefano Machiatti y su novia… Elena Romano.Melissa asintió hacia el abuelo, pero cuando se giró hacia ellos, no pudo evitar notar la expresión en la mujer.Su rostro estaba tan tenso que podía notársele en cada poro, y su mirada, no iba dirigida a nadie a excepción de… Bruno.Un silencio espeso descendió sobre el salón, como si alguien hubiera cerrado todas las ventanas de golpe y dejado escapar el oxígeno.Melissa sintió cómo cada mirada se dirigía a la mujer y luego… a ella, y no le faltaron tres dedos de frente para tratar de comprender alguna situación. Esa mujer miraba a Bruno con un brillo inigualable en sus ojos, aunque estuviera de gancho con otro hombre, y no necesitó que nadie se lo dijera.Lo entendió en los ojos de Ángela, en la tensión de Aurora, en el leve suspiro de Andrea. Lo entendió cuando notó que todos se miraban, y que la mujer intentaba decir cualquier cosa.Y Melis
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CAPÍTULO 30 —Oscuro Secreto
El silencio que siguió a las palabras del nonno fue como una bomba de humo invisible: todos estaban presentes, pero nadie parecía respirar.La palabra “bisnieto” aún resonaba en el aire como un trueno demorado. Melissa sintió cómo el aire parecía enrarecerse, cómo los cubiertos quedaron suspendidos en manos temblorosas y las miradas eran dardos lanzados sin misericordia.Luca, con su inocencia intacta, sonrió tímidamente mientras Lorenzo le sujetaba la manito con ternura.—Mi bisnieto… el hijo de Bruno.—Mi hijo… —repitió Bruno con énfasis, como si temiera que no lo hubieran escuchado bien, se puso al lado de Luca, sonriéndole también y colocando su mano en su pequeño hombro, como si eso lo protegiera.Hubo un par de respiraciones contenidas, alguna copa que vibró levemente al ser apoyada con torpeza. Pero el abuelo, con el porte de un rey en su propia corte, continuó con firmeza:—Y para mí, eso es un milagro, un honor, una promesa de que el apellido Machiatti… continúa.Nadie respir
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CAPÍTULO 31 —Oscuro Secreto
Melissa llegó al jardín con el alma en carne viva. La conversación que acababa de escuchar entre Stefano y Elena seguía vibrando en su interior como un tambor sordo. Se sentía fuera de lugar, como si sus pasos retumbaran sobre un escenario ajeno, mientras la brisa nocturna le acariciaba el rostro y el murmullo de las conversaciones se mezclaba con el canto lejano de unos grillos.Bruno estaba apoyado contra una columna de piedra, conversando con Lorenzo, Laura y Giovanni. Tenía las mangas de la camisa remangadas, un vaso de whisky en la mano y los ojos un poco más apagados que antes. Pero cuando la vio, su expresión se iluminó apenas solo para ella.En pasos elegantes, como él lo solía ser, se acercó a ella sin disculparse de su grupo, y le acercó una copa.—¿Todo bien? —preguntó con suavidad, extendiendo una mano hacia ella.Melissa asintió, aunque su sonrisa fuera débil, pero él no pareció notarlo.—Luca se durmió de inmediato —murmuró—. Está bien…—Gracias —le susurró Bruno, acaric
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CAPÍTULO 32 —Oscuro Secreto
Elena llegó finalmente y nadie pareció notarlo al principio, excepto Melissa, porque Bruno estaba hablando con Sofía, una de sus tías, jóvenes, y estaban riendo.Sin embargo, Melissa la vio cruzar el jardín con el vestido que se adhería a su cuerpo como si estuviera hecho de silencio. Caminaba despacio, midiendo cada paso, como si dentro de ella hubiera una guerra que no quería que se notara.Se acercó al grupo cuando ya casi todos habían dado sus felicitaciones. Bruno estaba hablando aún, mientras Melissa intentaba mantener una sonrisa educada con una prima al lado, pero la presencia de Elena cortó el aire como una ráfaga helada.—Bruno… —dijo con voz suave, pero clara.Melissa lo vio girarse de inmediato, pero su gesto no cambió demasiado, sin embargo, Melissa vio la forma en que se le tensaron los hombros.—Elena —respondió él con una amabilidad medida.Ella no lo miró a los ojos de inmediato. Observó a Melissa primero, con esa media sonrisa disimulada.—Solo quería decir… felicidad
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CAPÍTULO 33 —Oscuro Secreto
Melissa avanzó con pasos firmes, pero por dentro todo en ella temblaba. La copa entre sus dedos estaba medio vacía y no sabía si volver con la familia de Bruno la ayudaría a distraerse o si solo aumentaría su ansiedad.La música, las luces tenues del jardín, la conversación de fondo… todo parecía ajeno, como si ella se hubiera quedado atrapada en un umbral invisible entre lo que era y lo que temía que pudiera ser.Entonces Andrea se supo en su frente ofreciéndole una sonrisa, y le dijo que debía probar el postre italiano que estaban repartiendo, mientras tanto, Bruno y Elena se apartaban un poco de todos. Bruno siguió a Elena con pasos lentos hasta la parte trasera del jardín, donde las luces eran más tenues y el bullicio de la celebración se sentía lejano. Ella, caminaba delante de él, con los hombros rectos y el mentón elevado, pero sus manos temblaban apenas al costado de su vestido. Bruno lo notó, porque siempre la había conocido en ese tipo de detalles. Sabía cuándo Elena mentí
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CAPÍTULO 34 —Oscuro Secreto
El auto se deslizaba por las calles con la suavidad de una despedida que nadie se atrevía a nombrar. Melissa iba en silencio, mirando por la ventana, sin preguntarse hacia dónde la llevaba Bruno. Él conducía sin música, sin hablar demasiado, con la mano izquierda en el volante y la derecha entrelazada con la de ella.El pulso le latía rápido, como si aún estuviera en aquel jardín, pero no estaba allí, estaba con Melissa y eso lo decía todo.Se detuvieron frente a un edificio antiguo con balcones de hierro forjado y luces cálidas encendidas en algunas ventanas. Bruno apagó el motor, y por fin la miró.—Aunque no lo parezca, es una zona costosa. Tengo un apartamento aquí, y la vista detrás de esto, es bellísima.Melissa lo miró y asintió, dejando que él le abriera la puerta.—¿Quieres que entremos? —Bruno le preguntó y ella asintió con la cabeza.Ambos entraron a aquel edificio antiguo, pero muy refinado, y bien cuidado. Ellos caminaron un poco y se metieron en el ascensor. No había más
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