Elena llegó finalmente y nadie pareció notarlo al principio, excepto Melissa, porque Bruno estaba hablando con Sofía, una de sus tías, jóvenes, y estaban riendo.Sin embargo, Melissa la vio cruzar el jardín con el vestido que se adhería a su cuerpo como si estuviera hecho de silencio. Caminaba despacio, midiendo cada paso, como si dentro de ella hubiera una guerra que no quería que se notara.Se acercó al grupo cuando ya casi todos habían dado sus felicitaciones. Bruno estaba hablando aún, mientras Melissa intentaba mantener una sonrisa educada con una prima al lado, pero la presencia de Elena cortó el aire como una ráfaga helada.—Bruno… —dijo con voz suave, pero clara.Melissa lo vio girarse de inmediato, pero su gesto no cambió demasiado, sin embargo, Melissa vio la forma en que se le tensaron los hombros.—Elena —respondió él con una amabilidad medida.Ella no lo miró a los ojos de inmediato. Observó a Melissa primero, con esa media sonrisa disimulada.—Solo quería decir… felicidad
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