Germán dijo: —Claro, como eres su hermano y la ves todos los días, obviamente no vas a notar ningún cambio...Pero esto no fue un cambio cualquiera, pasó de ser una niña a convertirse en toda una belleza, hasta yo me quedé sin reconocerla...—Pues no la había visto en seis años, es lógico que note la diferencia —le contestó Germán a Ulises.—Pero si en la universidad siempre andabas en mi casa, viste a mi hermana un montón de veces, y en ese entonces estaba en la prepa, ya tenía más o menos definidos sus rasgos —le dijo Ulises.Germán respiró hondo, se tragó las palabras que estaba a punto de decir, no tenía ganas de ponerse a discutir este tema con este tipo tan cerrado, porque sabía que podían estar ahí hasta el amanecer.¿Cómo van a ser iguales los diecisiete que los veinticuatro?Las mujeres a esa edad son como flores que están floreciendo, a los diecisiete son apenas un capullo, pero a los veinticuatro ya están en plena floración.Y además, ¿¿acaso no sabes que el maquillaje es un

Germán se cubrió la cara con el celular, sintiendo que no solo había quedado como un idiota frente a Celeste, sino que ahora también su imagen se iba a venir abajo frente a su cliente.¿Y si Marisela pensaba que era un tipo súper asqueroso? ¿No lo iba a denunciar? Y ahí se terminaría su carrera de abogado...Se le vinieron a la mente un montón de ideas raras, y entonces sonó la notificación de mensaje, Marisela le había respondido.Se apresuró a quitar el teléfono de su cara para leer, y lo que decía era:[No me ha platicado mucho sobre ti, creo que si acaso una vez, cuando empezaste a ser mi abogado por primera vez, comentó que ustedes se conocían.]Después de leer esto, Germán se emocionó muchísimo, hasta se le aguaron los ojos.Parecía que Celeste realmente era una chica considerada y buena, no lo había traicionado.Llegó otro mensaje de Marisela:[Pero tú sí me la nombras bastante seguido, desde que nos conocimos dijiste que la invitara a comer con nosotros, hasta dijiste que sin e

Su madre ya no pudo soportar más este golpe y se enfermó gravemente.Por su salud física y mental, no tuvieron más remedio que mudarse toda la familia al extranjero, para evitar quedarse en el mismo lugar y que los recuerdos la lastimaran y entristecieran demasiado.Ahora que habían pasado veinte años, toda su familia prácticamente había aceptado este hecho cruel—Que su hermanita ya no se podía encontrar, o que ya había muerto.El hombre respiró profundo, saliendo de esos pensamientos tristes del pasado.Apretó fuerte la caja de terciopelo en su mano, con expresión firme, y en sus ojos se encendió una luz de esperanza.Ya que este collar había vuelto a aparecer, ¿acaso significaba que su hermanita estaba cerca de él? ¿En San Miguel del Monte?Por supuesto, también era posible que este collar hubiera llegado a manos de alguien por casualidad, y ahora lo estuvieran subastando.Sin embargo, mientras hubiera aunque fuera una pizca de esperanza, él no se rendiría.Había estado buscando a s

Isabella no recibió la llamada del hombre esa noche, se fue a dormir decepcionada, lamentándose de no haber pedido que le dieran el número a ella.Para cortar por lo sano, tenía muchas ganas de saber si el tipo tenía "potencial de desarrollo", para no perder tiempo buscando a otros hombres.Mientras pensaba cuándo la contactaría, sonó el teléfono, a las ocho y media de la mañana.El celular sonó y vibró una y otra vez, pero ella todavía estaba dormida y no pudo contestar.Cuando se despertó ya eran las once, agarró el celular y vio que tenía tres llamadas perdidas de un número desconocido.Hasta preocupado de que pensara que eran llamadas de acoso y no contestara, el tipo consideradamente le había mandado un mensaje de presentación.Decía que era el comprador que había comprado el collar, que la había contactado ayer a través de la casa de subastas.Isabella inmediatamente le regresó la llamada, y el otro contestó en unos segundos.—¿Bueno?Se escuchó una voz masculina grave y con magn

—Por eso quiero hablar contigo para entender específicamente sobre el origen de este collar, dijiste que lo traes puesto desde pequeña, entonces ¿cómo te llamas?La voz del hombre siguió llegando desde el teléfono.En la cama.Isabella ya estaba temblando de pánico y se había puesto pálida por la mentira que estaba a punto de ser descubierta.Sí creía que originalmente Marisela había nacido en una familia rica, porque desde la primera vez que la vio con esa vestimenta, parecía una princesa salida de un cuento de hadas.¿Qué hacer ahora? Por culpa del collar, su familia la había encontrado, lo que significaba que inmediatamente se darían cuenta de que el collar no era suyo...Por la culpa, las manos de Isabella empezaron a temblar y debilitarse, hasta casi no poder sostener el teléfono.Podía escaparse ahora mismo, antes de decirle su nombre, antes de que Marisela se enterara de esto.Pero...Se resistía mucho a hacerlo.¡Eran 10 millones de dólares! ¡No los quería devolver!Ya había pe