Gabriel, después de la visita de su padre, está muy retraído y sumergido en su pasado y en las decisiones que debe tomar. Ya no puede estar retrasando sus responsabilidades y mucho menos cargándolas sobre su enfermo padre.En silencio se encuentra pensativo, sentado en medio de una cafetería, esperando a su asistente. Cada uno de sus pensamientos está desde el momento que salió de su casa; lo hizo con una idea muy clara. Destruir lo último que lo ata al amor de su vida, sin embargo, al llegar a la empresa y discutir con aquella malcriada joven, algo dentro de él cambio sin que se diera cuenta.Ahora pensativo, escucha con atención las palabras de su asistente que ha trabajado muy duro para mantener su empresa a flote y suspira de manera profunda. No solo va a destruir sus sueños, sino que también va a arrasar a personas inocentes y que confiaron plenamente en él.—Solo date una oportunidad... Por favor, no vendas las acciones de la empresa— casi suplicó Deyanira.Él, al escuchar esas
Leer más