MARIE MORETTISu boca… Maldita sea su boca. Maldita sea su forma de besar, de mirarme, de hacerme sentir como si el mundo se encogiera y solo quedáramos él y yo.Estaba en mi cama, girándome de un lado a otro tratando de dormir, pero no podía, sus imagen volvía una y otra vez a mi mente, era como si sintiera sus labios una y otra vez en los míos, sentía el corazón retumbando en mi pecho. Tenía la almohada abrazada imaginando que era él. Me llevé los dedos a los labios, aún sintiendo sus besos. No eran dulces. No eran suaves. Eran como él: peligrosos, arrogantes, condenadamente adictivos.—¿Qué carajos estás haciendo, Marie? —murmuré para mí misma mientras me giraba por décima vez, pero no tenía respuesta. O sí, pero no quería reconocerlo.Sabía lo que estaba haciendo. Y también sabía que no me importaba.Me giré y me levanté de la cama, cruzando la habitación de un solo impulso, sin pensar demasiado. Pensar es para la gente cuerda. Yo estaba viva, jodidamente viva. Y yo estaba cansa
Leer más