SILVANO DE SANTISMi departamento estaba en silencio, solo interrumpido por el sonido del reloj marcando las ocho de la noche. Había preparado todo: comida en la mesa, sillones amplios, espacio suficiente para que todos estuviéramos cómodos. Pero lo que no podía preparar era el nudo en mi garganta.Anny estaba sentada a mi lado, con su mano entrelazada en la mía. Kiara se acomodaba con Noah en el otro sofá, mientras Mily se apoyaba en el pecho de Paolo, como buscando seguridad incluso antes de saber lo que íbamos a decir. Lucien y Addy, como siempre, un poco más reservados, pero también conectados de una forma especial, como si se entendieran sin hablar.Respiré hondo, pasé una mano por mi nuca. No era fácil.—Gracias por venir, sé que esta no es una noche cualquiera. Pero era necesario que lo supieran... —dije, con la voz más firme que pude.Lucien asintió. Él sabía que me costaba empezar, así que me dejó espacio.—Desde hace más de un año —comencé— hemos estado cazando a un líder qu
Leer más