ANELISSE DE FILIPPILa camisa de Silvano me quedaba como un vestido. Grande, suave, con su aroma impregnado como una caricia constante. Apenas la había abotonado hasta la mitad, pero eso parecía no molestarle… al contrario.—¿Estás segura de que sabes cocinar pasta? —preguntó con esa sonrisa torcida que me derretía las rodillas, mientras caminaba por la cocina con un pantalón de pijama suelto colgando peligrosamente de su cadera.—¿Estás insinuando que voy a envenenarte? —arqueé una ceja, meneando la cuchara de madera con más decisión.— Para tu información tuve la correcta instrucción de mi padre y madre, los dos son excelentes cocineros, mi padre siempre decía que la mejor manera de demostrar amor es cocinarle a la persona que amas.—Vaya, nunca lo hubiera imaginado de tu padre... pero yo estoy insinuando que, si no estás concentrada, se te puede quemar todo… —se acercó por detrás, deslizando sus manos por mi cintura, hasta apoyar el mentón en mi hombro— si tu mente está en otro lug
Leer más