337. LAS MEMORIAS
KIERAN:Después de llegar a mi casa en la reserva, tras visitar a la familia de mi Luna en la clínica, pude comprobar que Elena, como la vez anterior, seguía sin memorias. Pero, a diferencia de la vez pasada, no percibía el aroma del alfa Vorn en ella. No entendía nada. La analicé detenidamente mientras escuchaba todo lo que le explicaba a Claris sobre los resultados de las pruebas que le había hecho Gael a su hermana. Era cierto lo que decían Fenris y Rafe: las lobas habían aparecido en ellas, estaban latentes, pero no despiertas. Sin embargo, Lúmina no la sentía dentro de mi Luna.—Nana, ella es Claris, mi asistente personal y mi prometida —la presenté al llegar—. Colócala en su habitación.Mi Nana, como era su costumbre, me obedeció sin preguntar nada. Recorrí la casa para ver si había alguna trampa mágica, como recordaba del pasado; no había ninguna. Me convertí en Atka y lancé el aullido de llamado y aviso de mi presencia a toda mi manada, que me respondió de la misma manera que
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