ElizaMi mente no estaba donde tenía que estar. Me sentía rara, desconectada, con una lista kilométrica de tareas pendientes, pero ahí estaba; sentada en mi mesa, con los ojos desenfocados y la cabeza en las nubes.O más bien, en el señor Müller.No podía dejar de pensar en él. En su aroma, en su tacto, en su cuerpo junto al mío. En cómo se había sentido tenerlo así, tan cerca. El calor entre nosotros había sido abrasador. Y eso... solo había sido el principio.Sin temor a equivocarme, podía afirmar que me había dado el mejor sexo de toda mi vida.Toda. Mi. Vida.Nunca había tenido tantos orgasmos seguidos. Siempre había creído que eso de los orgasmos múltiples era un mito urbano, uno de esos cuentos entre amigas con mucho vino de por medio.Bueno, mito cancelado.Pero no fueron solo los orgasmos. Fue todo. La fiesta, la forma en que me sostenía al bailar, su mirada clavada en la mía, su habitación, las cosas que hizo... y las que le dejé hacerme. Sentí una conexión profunda, cruda, i
Leer más