Dijo que habían terminado.Luciana estaba eufórica y se lanzó a los brazos de Mateo, abrazándolo con fuerza. —Sé que Valentina es muy buena seduciendo. No te culpo por haberte enamorado un poco de ella, sé que no me dejarías. Yo soy a quien más amas.Él sentía algo por Valentina, pero su mayor amor siempre sería aquella chica de la cueva, su chica Luciana.Él la abrazó.Ángel se mostró aliviado, si su hija era feliz, él también lo era.Catalina también estaba contenta, pero al pensar en Valentina, sus ojos brillaron con malicia.Realmente no esperaba que la campesina hubiera logrado cautivar un poco el corazón de Mateo.¡Esa pequeña zorra!Valentina llegó al hospital donde Luis ya tenía todo listo para el alta.—Lo siento, tuve un asunto hoy, por eso llegué tarde. —Se disculpó.Luis sonrió. —No importa, vámonos.—Bien, yo llevaré el equipaje.Ella fue a tomar el equipaje, pero era demasiado pesado y, con todo su cuerpo adolorido, tropezó.—¡Cuidado!Luis la sujetó por la cintura y ambo
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