Aitana se detuvo de inmediato. —Amigas, ¡qué coincidencia encontrarlas aquí!
Cuando intentaron acercarse a Aitana, los guardaespaldas les bloquearon el paso. —¡Alto ahí!
Aitana hizo un gesto con la mano y dijo entre risas: —No pasa nada, son mis compañeras de clase. —Los guardaespaldas retrocedieron, permitiendo que las dos se acercaran.
—Así que ¿te has convertido en una gran estrella? —preguntó Daniela mientras la observaba.
Ella arqueó una ceja. —Así es, tengo novio y él me está ayudando a convertirme en una gran estrella.
—¿Novio? ¿Estás saliendo con alguien? ¿Cómo es que nunca habíamos escuchado sobre él?
Aitana sonrió dulcemente. —Mi novio es guapo, atractivo, rico y me ama muchísimo. —Se acercó y tomó la mano de Valentina. —Ahora que me va tan bien, seguro que te alegras por mí, ¿verdad? Seguro que nos deseas lo mejor a mí y a mi novio.
Valentina le sostuvo la mirada. —Felicitaciones.
—Gracias. Me tengo que ir, pero nos reuniremos en otra ocasión.
Aitana se dio la vuelta y entró