En cuanto lo dijo, Camila empezó a llorar, haciéndose la víctima.Carlos se desesperó, corrió hacia ella y, nervioso, intentó explicarse:—Camila, no es lo que piensas, no dudé de ti. Fue Aurora, ella malinterpretó todo. Esto es un malentendido, no te pongas así, no te enojes conmigo.Cuando escuchó eso, Camila volteó a verme.—Así que eras tú, Aurora.Con la cara cubierta de lágrimas, actuaba como si estuviera muy dolida, como si yo la hubiera maltratado.—Sé que nunca me quisiste, pero no hacía falta que trajeras a tanta gente para “atraparme en el acto”. Ya que te empeñas en difamarme, hubiera sido más fácil contratar a dos hombres para que me forzaran y filmarlo, ¿no? Así convencerías más rápido a tu hermano de que lo engaño.La miré con desprecio y me reí con sarcasmo:—Yo jamás haría eso, no soy como tú. Eres tan habilidosa que hasta puedes esconder una infidelidad. ¿Eso no es de admirar?—¡Aurora!Carlos me gritó de la nada.Mateo se molestó, me tomó del brazo y me colocó detrás
Leer más